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Todo el mundo puede beneficiarse de hacer un esfuerzo para practicar la gratitud cada día. Estos 3 pasos pueden ayudarte a empezar a sentirte más agradecido y a apreciar las cosas buenas de tu vida:
- Nota las cosas buenas, búscalas, aprécialas.
- Saborea, absorbe y presta realmente atención a esas cosas buenas.
- Expresa tu gratitud a ti mismo, escríbela o dale las gracias a alguien.
Nota las cosas buenas de tu vida
Empieza a notar e identificar las cosas por las que estás agradecido. Sintoniza con los pequeños detalles cotidianos de tu vida y fíjate en las cosas buenas que a veces podrías dar por sentadas.
Prueba estas ideas:
- Cada día, piensa en 3 cosas por las que estás agradecido. La naturaleza. La gente. La comunidad. El refugio. Las comodidades de las criaturas, como una cama caliente o una buena comida. Es increíble lo que notas cuando te centras en sentirte agradecido.
- Comienza un diario de gratitud. Comprometerse a anotar las cosas buenas cada día hace más probable que nos demos cuenta de las cosas buenas a medida que suceden.
- Practicar rituales de gratitud. Algunas personas dan las gracias antes de comer. Hacer una pausa de gratitud antes de comer no tiene por qué ser algo religioso. Es un hábito sencillo que nos ayuda a notar y apreciar la bendición de la comida en la mesa.
- Muestra tu agradecimiento a alguien que ha hecho algo agradable. Diga: «Ha sido muy amable al…», «Me ayudó mucho cuando…», «Me hizo un gran favor cuando…», «Gracias por escuchar cuando…», «Aprecié mucho cuando me enseñó…» o «Gracias por estar ahí cuando….». También puede escribir su gratitud en una carta.
- Exprese su gratitud haciendo una amabilidad. La gratitud podría inspirarte para devolver un favor, o actuar con amabilidad o consideración. O puede que veas una situación en la que puedes «devolver el favor». Mantén la puerta abierta para la persona que está detrás de ti, incluso si eso significa esperar un poco más de lo que normalmente harías. Haz las tareas de otra persona sin que ésta se entere de que has sido tú. Fíjate en cómo te sientes después!
- Dile a las personas de tu vida cómo te sientes, lo que significan para ti. No tienes que ser sensiblero ni exagerado. Todos tenemos nuestro propio estilo. Pero si dices lo que sientes en el tono adecuado y en el momento adecuado, incluso un simple «Mamá, buena cena. Gracias» significa mucho.
Una vez que eres consciente de las bendiciones de la vida cotidiana, el siguiente paso es saborearlas.
Saborear el sentimiento de gratitud
Hay momentos en los que naturalmente, justo en ese momento, te sientes lleno de gratitud. Son momentos en los que te dices a ti mismo: «¡Oh, vaya, esto es increíble!» o «¡Qué grande es esto!»
Pausa. Observa y absorbe ese sentimiento de verdadera y genuina gratitud. Deja que se hunda. Empápate de él. Saborea tus bendiciones en el momento en que ocurren.
Expresa tu gratitud
Expresar la gratitud es más que cortesía, modales o ser educado. Se trata de mostrar tu agradecimiento de corazón. Cuando agradeces a alguien, también estás practicando las dos primeras habilidades de gratitud: te has dado cuenta de algo bueno y lo has apreciado genuinamente.
Prueba esto:
La verdadera gratitud no te hace sentir que le debes algo a los demás; después de todo, si le has hecho un favor a alguien, probablemente no quieras que esa persona sienta que esperas algo a cambio. Se trata de sentirse bien y crear un ciclo de bien.