¿Alguna vez has sido víctima de la «rueda del miedo» en los días de lluvia? Si es así, no estás solo. Aunque a menudo es difícil dar el primer paso en condiciones meteorológicas que no son perfectas, siempre que no te enfrentes a una peligrosa tormenta o a un tornado, correr con un tiempo adverso puede ser bastante gratificante, incluso beneficioso. Aquí hay cinco razones para chapotear en los charcos en un día de lluvia:
- Correr bajo la lluvia podría ayudarte a correr más rápido. ¿Sabías que cuando las temperaturas son incluso un par de grados más cálidas tu rendimiento puede verse afectado?
- Correr bajo la lluvia te ayudará a lidiar con la adversidad.
- Correr bajo la lluvia ayuda a aliviar el estrés.
- Correr bajo la lluvia puede aumentar tu confianza.
- Correr bajo la lluvia podría ayudarte a quemar más grasa.
Correr bajo la lluvia podría ayudarte a correr más rápido. ¿Sabías que cuando las temperaturas son incluso un par de grados más cálidas tu rendimiento puede verse afectado?
Esto se debe a que tu temperatura corporal aumenta mientras corres. Cuanto más calor hace, más tienes que sudar para refrescarte. Si a esto le añadimos la humedad, el reto de refrescarse es aún mayor. Sin embargo, cuando el cielo se abre, la lluvia actúa como un acondicionador de aire natural para mantener tu temperatura corporal baja para que puedas mantener tu esfuerzo.
Correr bajo la lluvia te ayudará a lidiar con la adversidad.
Aunque puede parecer ideal correr en un hermoso día soleado, desafiarte a correr en condiciones adversas como la lluvia te ayuda a dejar de lado los factores que no puedes controlar. Esto te ayudará no sólo a completar con éxito los entrenamientos y a alcanzar tus objetivos en las carreras, sino también a afrontar la adversidad en el resto de la vida. Al fin y al cabo, la vida cotidiana rara vez es un día perfecto y sin nubes. (Nota de seguridad: absténgase de correr en condiciones peligrosas como tormentas eléctricas o granizadas.)
Correr bajo la lluvia ayuda a aliviar el estrés.
El agua es limpiadora, y el sonido de la lluvia es relajante… siempre y cuando no esté corriendo bajo un aguacero casi helado. Si puedes dejar de lado tu temor a los días de lluvia, puede que termines una carrera primaveral húmeda en un estado más consciente de lo que empezaste.
Correr bajo la lluvia puede aumentar tu confianza.
¿Nunca has notado cómo el mundo entero se queda desierto durante una lluvia (a menos que vivas en el noroeste del Pacífico)? En lugar de plegarte por el clima, levántate y vete. Te garantizamos que te sentirás más valiente por haber chapoteado durante algunos kilómetros lluviosos en solitario.
Correr bajo la lluvia podría ayudarte a quemar más grasa.
Si la lluvia es lo suficientemente fresca como para que tu cuerpo tenga que trabajar para mantenerse caliente, acabas aumentando tu tasa metabólica tras un periodo de adaptación, y por tanto quemando más grasa durante el ejercicio.