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La vida no es perfecta.
Las cosas salen mal, cometemos errores, los accidentes ocurren, y la vida puede no salir como esperamos.
¿Pero tu reacción por defecto es encontrar a alguien o algo más a quien culpar de tus problemas?
Muchas cosas que nos suceden son el resultado de múltiples factores que contribuyen, y pueden ser causadas por una mezcla de nuestras propias acciones y las de otras personas.
Si fueras tú, ¿estarías despotricando sobre en qué se gastan tus impuestos estos días, o aceptarías el papel que has jugado en ello y te comprometerías a aprender de tus errores?
Si te encuentras tratando de pasar la pelota por cada error que cometes, entonces es probable que te haya metido en problemas en el pasado…
… especialmente si tratas de echar la culpa a tu pareja, a tu familia, a tus mejores amigos o a las personas con las que tienes que trabajar estrechamente.
La vida consiste en cometer errores. Sólo si nos equivocamos aprendemos a hacer las cosas bien.
Si nunca aceptamos que nos hemos equivocado, ¿cómo vamos a aprender a hacer las cosas mejor?
Con esto en mente, vamos a pensar en algunas de las razones por las que podemos tener la tentación de culpar a los demás, seguido de un vistazo a cómo dejar el hábito de cambiar la culpa de nuestros problemas.
- Razones por las que culpamos a otros de nuestros errores
- Para explicar por qué sucedió algo.
- Para atacar a alguien.
- Es un gran mecanismo de defensa.
- Es más fácil así.
- How To Avoid Shifting Blame
- Respira profundamente.
- Reencuadra la situación como una oportunidad para aprender.
- Si cambias la culpa, discúlpate.
- Keep things in perspective.
Razones por las que culpamos a otros de nuestros errores
Para explicar por qué sucedió algo.
Como humanos, es nuestro defecto buscar siempre una causa para algo.
Nos gusta tener narrativas que expliquen por qué sucedieron las cosas para poder añadirlas a nuestra historia mental de la vida.
En lugar de girar la luz sobre nosotros mismos o mirar el panorama general y el contexto, podemos explicar las cosas más rápida y fácilmente atribuyéndolas a otros.
Para atacar a alguien.
Desplazar la culpa hacia otra persona es una forma sutil de atacarla.
Puede que lo hagamos inconscientemente, pero si guardamos rencor a alguien por alguna razón -quizá sentimos que nos ha hecho daño o nos ha culpado en el pasado-, entonces si se presenta una oportunidad para culparle, puede ser muy tentador aprovecharla.
Culparles de algo es también una táctica que podríamos utilizar para herir a nuestras parejas, seamos o no conscientes de que lo estamos haciendo.
Es un gran mecanismo de defensa.
Desplazar la culpa directamente hacia alguien o algo más es la manera perfecta de evitar tener que reflexionar sobre tu comportamiento o profundizar en tu propia psique.
De esta manera puedes permanecer felizmente inconsciente de tus propios defectos, lo que puede ayudar a mantener un ego frágil.
Es más fácil así.
¿Por qué íbamos a molestarnos en hacer todo ese complicado autoanálisis y tomar medidas para arreglar una situación si simplemente podemos quitarnos la culpa de encima y echársela a otra persona o cosa?
A veces nos convencemos de que realmente es culpa de otra persona, pero a veces sabemos que estamos mintiendo.
Aprendemos a mentir temprano en la vida y la mayoría de nosotros nos volvemos bastante buenos en ello. Sopesamos la posibilidad de que la gente descubra que hemos mentido frente a las consecuencias que tendríamos que afrontar si confesamos, y a menudo tomamos la opción más fácil.
Culpar a otras personas puede proporcionarnos una excusa para actuar de forma hiriente.
It’s a way of justifying our actions to ourselves to remove our brain’s natural inhibitions that are there to prevent us from behaving poorly toward others.
It means we can build a thought pattern that allows us to act in a way that our moral compass would normally prevent.
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How To Avoid Shifting Blame
Did any of the reasons listed above ring true for you?
If you’ve come to realize that you’re a serial blame-shifter, then I’ve got good news for you.
El primer paso para cambiar tu comportamiento es reconocerlo y aceptarlo, así que el hecho de que estés leyendo este artículo es una señal fantástica.
Significa que tienes ganas de hacer cambios y convertirte en una mejor persona, por tu propio bien y el de los que te rodean.
¿Pero cómo puedes empezar a alterar tus patrones de comportamiento?
¿Cómo puedes dejar el hábito de toda la vida y empezar a aceptar la culpa de las cosas cuando sea apropiado?
Recuerda, no estoy abogando por aceptar ciegamente la culpa de todo, sino simplemente por darte cuenta de cuándo las cosas son genuinamente tu culpa y actuar en consecuencia.
Aquí tienes unos cuantos pasos útiles para romper el hábito de echar la culpa a los demás.
Respira profundamente.
Cuando ocurra algo que sabes que normalmente desencadenaría una reacción negativa y defensiva por tu parte, intenta atraparte en ese momento.
Antes de reaccionar o decir algo a alguien, respira hondo -o varios- e identifica el sentimiento dentro de ti que te hace querer desplazar la culpa.
¿Es vergüenza? ¿Miedo? ¿Un sentimiento de ineptitud?
Al tomarte unos momentos para evaluar la situación y preguntar cuál sería tu reacción instintiva normalmente, puedes, en cambio, elegir responder de una manera que ayude a todos los involucrados, incluido tú.
Reencuadra la situación como una oportunidad para aprender.
Nadie ha llegado a ninguna parte en la vida sin experimentar algunos fracasos importantes en el camino.
Cada uno de los errores que cometemos, desde los más pequeños hasta los más grandes, nos enseña lecciones de vida y nos permite crecer.
Así que, la próxima vez que metas la pata, lucha contra el impulso de culpar a los demás de tus fracasos pensando en lo que podrías aprender si asumieras la responsabilidad.
Entonces podrás reflexionar sobre por qué las cosas sucedieron de la manera en que lo hicieron, y decidir las formas de evitar que vuelvan a suceder.
Si cambias la culpa, discúlpate.
Mientras sigues aprendiendo a aceptar la culpa por los errores que cometes, sin duda vas a cometer errores… repetidamente.
Tu primer instinto seguirá siendo desviar la atención de ti mismo, por lo que probablemente habrás trasladado la culpa antes de darte cuenta de lo que has hecho.
Cuando eso ocurra, asegúrate de dar la cara después del hecho. Pide disculpas a tu pareja, amigo, familiar o colega.
The discomfort of the situation will probably encourage you to own up at the first opportunity next time.
Keep things in perspective.
Sometimes we can mess up spectacularly, but we’re often guilty of making mountains from molehills.
There’s no point trying to sweep something under the rug and then worrying about it being discovered if you could just accept responsibility in the first place and move on, all the better for it.
Chances are you will imagine the consequences to be far worse than what they will actually be.
Could this guided meditation help you stop pointing the finger of blame? We think so.