6 formas de lidiar con el comportamiento agresivo de tu hijo

14 de noviembre de 2018 / Pediatría

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Si eres padre o madre, seguro que has lidiado con tu buena ración de rabietas, colapsos y enloquecimientos. La regulación emocional es una habilidad que todos tenemos que aprender, y algunos niños tardan más en dominar el autocontrol que otros. Pero, ¿cómo saber si el comportamiento agresivo o violento de tu hijo no es sólo parte de su curva de aprendizaje, sino que se le está yendo de las manos? Y ¿qué puedes hacer para ayudar?

¿La mayoría de los niños se comportan así?

Se trata de saber qué es apropiado para el desarrollo. «Por lo general, esperamos que los niños pequeños experimenten algunos comportamientos agresivos», dice la psicóloga pediátrica Emily Mudd, PhD.

«En esta etapa, los niños tienden a recurrir a expresiones físicas de su frustración, simplemente porque aún no tienen las habilidades lingüísticas para expresarse. Por ejemplo, empujar a un compañero en el patio de recreo podría considerarse algo típico. No lo llamaríamos necesariamente agresión a menos que forme parte de un patrón»

¿Cómo reconocer la verdadera agresión?

Cuando un niño es lo suficientemente mayor como para tener las habilidades verbales para comunicar sus sentimientos -alrededor de los 7 años-, las expresiones físicas de agresión deberían disminuir, dice la experta.

Si eso no sucede, es el momento de preocuparse, especialmente si su hijo se pone a sí mismo o a otros en peligro, o daña regularmente la propiedad.

Esté atento a las señales de advertencia de que el comportamiento de su hijo está teniendo un impacto negativo:

  • Dificultades académicas.
  • Dificultades para relacionarse con sus compañeros.
  • Frecuentemente causa interrupciones en casa.
    • «Estas señales de advertencia son motivo de preocupación y no deben ser ignoradas», dice.

      El comportamiento de su hijo puede tener una causa subyacente que necesita atención. El TDAH, la ansiedad, los problemas de aprendizaje no diagnosticados y el autismo pueden crear problemas de comportamiento agresivo.

      «Sea cual sea la causa, si el comportamiento agresivo repercute en el funcionamiento diario de su hijo, es el momento de buscar ayuda», dice la Dra. Mudd.

      Empiece por hablar con su pediatra. Si es necesario, puede remitirle a un profesional de la salud mental para que diagnostique y trate los problemas que pueden causar la agresividad.

      ¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a su hijo?

      La Dra. Mudd recomienda estas estrategias para ayudar a su hijo a domar su agresividad:

  1. Mantener la calma. «Cuando un niño está expresando mucha emoción, y los padres responden a eso con más emoción, puede aumentar la agresión del niño», dice. En su lugar, trate de modelar la regulación emocional para su hijo.
  2. No ceda a las rabietas o al comportamiento agresivo. Por ejemplo, si tu hijo tiene una rabieta en el supermercado porque quiere un determinado cereal, no cedas y cómpralo. Esto es una recompensa y refuerza el comportamiento inadecuado.
  3. Pillen a su hijo portándose bien. Premie el buen comportamiento, incluso cuando su hijo no esté haciendo nada fuera de lo normal. Si la hora de la cena no presenta problemas, dígale: «Me gusta mucho cómo te has portado en la cena». Los regalos y los premios no son necesarios. El reconocimiento y los elogios son poderosos por sí solos.
  4. Ayude a los niños a aprender a expresarse nombrando las emociones. Por ejemplo, puede decir «Puedo decir que estás muy enojado en este momento». Esto valida lo que tu hijo está sintiendo y fomenta la expresión verbal, en lugar de la física.
  5. Conoce los patrones de tu hijo e identifica los desencadenantes. Las rabietas ocurren todas las mañanas antes del colegio? Trabaje en la estructuración de su rutina matutina. Divida las tareas en pasos sencillos y dé avisos de tiempo, como «Nos vamos en 10 minutos». Fija objetivos, como llegar al colegio a tiempo cuatro de cada cinco días. Luego recompense a su hijo cuando cumpla esos objetivos.
  6. Busque recompensas adecuadas. No se centre en objetivos financieros o materiales. En su lugar, pruebe con recompensas como media hora de tiempo especial con mamá o papá, la elección de lo que la familia come para la cena, o la selección de lo que la familia ve para la noche de cine.
  7. Si su hijo está luchando con el autocontrol, la incorporación de estas estrategias en su crianza debe ayudarle a frenar esos comportamientos.

    Si la situación parece inmanejable, recuerde que usted no es el único que está luchando con el comportamiento de su hijo. Los psicólogos pediátricos son expertos en ayudar a niños y familias a resolver problemas emocionales y de comportamiento. Pregunte a su pediatra por los nombres de los profesionales de la salud mental de su zona.

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