Adage

Para la revista AdAge, véase Advertising Age. Para la empresa de infografía, véase Adage, Inc.

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Un adagio (/ˈædɪdʒ/; latín: adagium) es un aforismo conciso, memorable y generalmente filosófico que comunica una verdad importante derivada de la experiencia, la costumbre o ambas, y que muchas personas consideran verdadera y creíble debido a su larga tradición, es decir, que se ha transmitido de generación en generación.Un adagio implica a veces una falta de planificación, como «no cuentes tus pollos antes de que nazcan» y «no quemes tus puentes». Los adagios pueden ser observaciones interesantes, reglas éticas o comentarios escépticos sobre la vida en general.

Algunos adagios son productos de la sabiduría popular que intentan resumir una verdad básica; generalmente se conocen como «proverbios» o «bywords». Un adagio que describe una regla moral general es una «máxima». Una expresión concisa que no ha ganado necesariamente credibilidad por la tradición, pero que se distingue por su especial profundidad o su excelente estilo, se denomina «aforismo», mientras que una que se distingue por su ingenio o ironía suele denominarse «epigrama».

A causa del uso excesivo, un adagio puede llegar a denominarse «cliché», «perogrullada» o «viejo refrán». Los adagios originados en la modernidad reciben a menudo nombres propios y se denominan «leyes», a imitación de la nomenclatura de las leyes físicas, o «principios». Algunos adagios, como la Ley de Murphy, se formulan primero de manera informal y se les dan nombres propios más tarde, mientras que a otros, como el Principio de Peter, se les dan nombres propios cuando se formulan; podría argumentarse que estos últimos no representan verdaderos adagios, pero ambos suelen ser difíciles de distinguir.

Los adagios que fueron recogidos y utilizados por los escritores antiguos inspiraron al humanista holandés Desiderius Erasmus Roterodamus a publicar su propia colección. Revisó varias veces su moderado volumen de 800 adagios hasta que la edición final de Adagia publicada en 1536 incluía más de 4.000. Desde entonces ha habido muchas recopilaciones de este tipo, normalmente en lenguas vernáculas.

Los adagios formulados en obras populares de ficción suelen llegar a la cultura popular, especialmente cuando existe una subcultura dedicada a la obra o a su género, como en el caso de las novelas de ciencia ficción. Muchas profesiones y subculturas crean sus propios adagios, que son reconocibles como una especie de jerga; tales adagios pueden encontrar su camino en el uso popular, a veces siendo alterados en el proceso. Las comunidades en línea, como las que se desarrollan en los foros de Internet o en los grupos de noticias de Usenet, suelen generar sus propios adagios.

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