Alexandra Feodorovna

¿Quién era Alexandra Feodorovna?

Alexandra Feodorovna (también conocida como Alix de Hesse, o Aleksandra Fyodorovna Romanova, entre otros apodos) nació el 6 de junio de 1872 en Darmstadt, Alemania. Se casó con el zar ruso Nicolás II en 1894. Poco popular en la corte, acudió al místico Grigori Rasputin en busca de consejo cuando su hijo desarrolló hemofilia. Cuando Nicolás partió al frente de la Primera Guerra Mundial, Feodorovna sustituyó a sus ministros por los favorecidos por Rasputín. Tras la Revolución de Octubre de 1917, fue encarcelada y asesinada a tiros, junto con su familia, en la noche del 16 al 17 de julio de 1918. El gobierno de Feodorovna precipitó el colapso del gobierno imperial de Rusia.

Antecedentes y primeros años

Alexandra Feodorovna nació como Victoria Alix Helena Louise Beatrice el 6 de junio de 1872, en el Gran Ducado de Hesse, en el Imperio Alemán. Sexta hija del Gran Duque Luis IV y de la Princesa Alicia del Reino Unido, su familia la llamaba Alix. Su madre murió cuando ella tenía seis años y pasó la mayor parte de sus vacaciones con sus primos británicos. Fue educada por su abuela, la reina Victoria, y más tarde estudió filosofía en la Universidad de Heidelberg.

Alix conoció al Gran Duque Nicolás Romanov, heredero del trono ruso, cuando tenía doce años. Con el paso de los años, la relación se convirtió en un romance. Al principio, la perspectiva de matrimonio no parecía muy prometedora. El padre de Nicolás, Alejandro III, era antialemán y la familia de Alix expresaba un abierto desprecio por el pueblo ruso. Además, se sospechaba que ella era portadora de la enfermedad hereditaria de la hemofilia, considerada mortal en aquella época. Pero estaban profundamente enamorados y el 26 de noviembre de 1894 la pareja se casó. Alix adoptó el nombre de Alexandra Feodorovna cuando fue aceptada en la Iglesia Ortodoxa Rusa.

Matrimonio y familia

En apariencia, los dos disfrutaron de un matrimonio cálido y apasionado, viviendo en Tsarskoe Selo, la residencia privada de la familia real. Sin embargo, esta tranquila vida estaba a punto de romperse por la tragedia personal y los cataclismos mundiales.

En 1901, los cuatro primeros hijos de Alejandra y Nicolás eran todos niñas. La familia Romanov necesitaba un heredero varón y Alexandra deseaba desesperadamente dar un hijo a su marido. Recurrió a los místicos con la esperanza de concebir un varón, pero fue en vano. Alexandra estaba tan desesperada que en 1903 experimentó una pseudociesis, un falso embarazo. Finalmente, en 1904, dio a luz a un hijo al que llamaron Alexei. Sin embargo, su alegría duró poco ya que se descubrió que sufría de hemofilia.

Conociendo a Rasputín

La asociación de Alexandra con el misticismo la puso en contacto con el notorio místico y curandero Grigori Rasputín en 1908. Rápidamente se ganó su confianza al parecer «curar» al niño de la hemofilia a través de lo que se creía que era una forma de hipnosis. Para Alexandra, Rasputín era el salvador de su hijo, pero para el público ruso era un charlatán libertino que avergonzaba a la corona y a la familia real.

Mientras la saga en torno a la salud de Alexei continuaba, también surgían presagios de calamidad en el país y en el extranjero. Alexandra no era bien recibida por el pueblo ruso ni por la corte real, aunque seguía implicándose en los asuntos de Estado. Ella y Nicolás fueron incapaces de hacer frente a la agitación que se estaba gestando dentro y fuera de Rusia.

La I Guerra Mundial y la Revolución

Al estallar la I Guerra Mundial, Rusia se enfrentó a Alemania. Nicolás partió hacia el frente, tomando el mando personal de las fuerzas armadas en contra del consejo de sus asesores militares. Alexandra, como regente, supervisó el funcionamiento del gobierno. Con Rasputín actuando a menudo como asesor, procedió a despedir arbitrariamente a ministros capaces por otros incompetentes.

El mal desempeño de los militares rusos en el campo de batalla llevó a rumores infundados de que Alexandra era una colaboradora alemana, lo que profundizó aún más su impopularidad con el pueblo ruso. El 16 de diciembre de 1916, Rasputín fue asesinado por conspiradores de la corte real. Con su marido lejos en el frente y su principal asesor asesinado, el comportamiento de Alejandra se volvió aún más errático. En febrero de 1917, la mala gestión del gobierno provocó escasez de alimentos y la hambruna se apoderó de las ciudades. Los trabajadores industriales se declararon en huelga y la gente empezó a amotinarse en las calles de San Petersburgo. Nicolás temió que todo estuviera perdido y abdicó del trono. En la primavera de 1917, Rusia estaba inmersa en una completa guerra civil, con las fuerzas bolcheviques antiestrellas dirigidas por Vladimir Lenin.

Días finales y muerte

Alexandra y sus hijos acabaron reuniéndose con su marido y todos fueron puestos bajo arresto domiciliario en la ciudad de Ekaterimburgo, controlada por los bolcheviques, en la Casa Ipatiev en abril de 1918. La familia soportó una pesadilla de incertidumbre y miedo, sin saber nunca si permanecerían allí, serían separados o asesinados. Durante la noche del 16 al 17 de julio de 1918, Alexandra y su familia fueron escoltados al sótano de la Casa Ipatiev, donde fueron ejecutados por los bolcheviques, poniendo fin a más de tres siglos de gobierno de los Romanov.

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