Los analgésicos de venta libre, como la aspirina, el paracetamol, el ibuprofeno, el ketoprofeno y el naproxeno, suelen ser seguros cuando se toman según las indicaciones. Sin embargo, si se toman en exceso o durante un periodo de tiempo demasiado largo, pueden dañar los riñones. Los productos en los que se combinan dos o más analgésicos pueden ser especialmente perjudiciales para los riñones cuando se utilizan en exceso.
La Fundación Nacional del Riñón recomienda que estos productos se utilicen sólo bajo la supervisión de un médico en personas con enfermedades renales, cardíacas, hipertensión arterial o hepáticas; en personas mayores de 65 años; o en personas que toman diuréticos. Sus efectos pueden controlarse mediante un sencillo análisis de sangre llamado prueba de creatinina sérica, que puede utilizarse para estimar la tasa de filtración glomerular (TFG) de una persona. A veces se utiliza un análisis de orina para comprobar la presencia de proteínas en la orina (un signo de daño renal y de enfermedades como la nefropatía diabética). La Fundación Nacional del Riñón ofrece otros consejos para el uso seguro de analgésicos:
– No los utilice durante más de 10 días para el dolor o más de 3 días para la fiebre. Si estas afecciones persisten más allá de esos periodos, acuda a su médico.
– Evite el uso prolongado de productos que contengan mezclas de analgésicos.
– Si está tomando analgésicos, asegúrese de beber de seis a ocho vasos de líquido al día.
– Si está tomando analgésicos, evite beber alcohol.
– Si tiene una enfermedad renal, consulte a su médico antes de utilizar un analgésico.
– Asegúrese de que su médico conoce todos los medicamentos que está tomando, incluidos los productos de venta libre y los suplementos dietéticos.
– Asegúrese de leer la etiqueta de advertencia antes de utilizar cualquier analgésico de venta libre.