El ascorbato es un cofactor en numerosas reacciones metabólicas. Los humanos no pueden sintetizar ascorbato debido a la inactivación del gen que codifica la enzima l-gulono-γ-lactona oxidasa, que es esencial para la síntesis de ascorbato. Las pruebas acumuladas sugieren que, además de la conocida capacidad del ascorbato dietético para mejorar la absorción de hierro no hemo en el intestino, el ascorbato en los sistemas de los mamíferos puede regular la captación y el metabolismo del hierro celular. El ascorbato modula el metabolismo del hierro estimulando la síntesis de ferritina, inhibiendo la degradación de la ferritina lisosomal y disminuyendo el flujo de hierro celular. Además, el ciclo del ascorbato a través de la membrana plasmática es responsable de la captación de hierro estimulada por el ascorbato a partir de complejos de hierro-citrato de bajo peso molecular, que son prominentes en el plasma de individuos con trastornos por sobrecarga de hierro. Es importante destacar que esta vía de captación de hierro es especialmente relevante para el metabolismo del hierro en el cerebro de los astrocitos y la carga de hierro en los tejidos en trastornos como la hemocromatosis hereditaria y la β-talasemia. Las pruebas recientes también indican que el ascorbato es un nuevo modulador de la vía clásica de captación de hierro de la transferrina, que proporciona casi todo el hierro para las demandas celulares y la eritropoyesis en condiciones fisiológicas. El ascorbato actúa para estimular la captación de hierro dependiente de la transferrina mediante un mecanismo reductor intracelular, lo que sugiere fuertemente que puede actuar para estimular la movilización de hierro desde el endosoma. La capacidad del ascorbato para regular la captación de hierro de la transferrina podría ayudar a explicar el defecto metabólico que contribuye a la anemia inducida por la deficiencia de ascorbato.