El pie cavo, definido como un arco elevado en el plano sagital, se presenta en diversas situaciones clínicas. Un pie cavo puede ser una variante de lo normal, una simple característica morfológica, observada en individuos sanos. Alternativamente, el pie cavo puede ocurrir como un componente de una deformidad del pie. Cuando es la principal anomalía, el pie cavo directo debe distinguirse del pie cavovar. En el pie cavo directo, la deformidad se produce sólo en el plano sagital (en el antepié, el retropié o ambos). El pie cavo directo puede estar relacionado con diversas causas, aunque en el pie cavo posterior predominan las enfermedades neurológicas. El pie cavo es una deformidad tridimensional caracterizada por la rotación de la unidad calcaneopedal (el pie menos el astrágalo). Esta deformidad está causada por una parálisis de los músculos intrínsecos del pie, generalmente relacionada con la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth. El riesgo de progresión durante la infancia puede eliminarse mediante un tratamiento conservador adecuado (ortesis para realinear el pie). La cirugía extraarticular está indicada cuando la respuesta al tratamiento ortésico es inadecuada. Las transferencias musculares no han demostrado su eficacia. La triple artrodesis (talocalcánea, talonavicular y calcaneocuboidea) acelera el desarrollo a medio plazo de la artrosis en las articulaciones adyacentes y debe evitarse.