Las cavidades llenas de líquido, en forma de saco, se conocen como bursas. Están situadas donde los músculos y los tendones se mueven sobre las zonas articulares óseas. Su función es reducir la fricción causada por los músculos y tendones que se mueven contra la piel y los huesos, así como facilitar el movimiento.
Una bursa de rodilla, también conocida como bursa prepatelar subcutánea, ayuda al movimiento cuando caminamos, corremos, nos estiramos o incluso cruzamos las piernas. Una bursa de la rodilla funciona básicamente como un cojín; cuando una se inflama, puede aumentar la tensión y el dolor en una condición temporal conocida como bursitis. Sabrá cuando una bursa de la rodilla está inflamada si se hace una radiografía para comprobar si hay un aumento de líquido y enrojecimiento en la zona. La bursitis de la bursa de la rodilla, también conocida como bursitis del pie de gallo o bursitis del pie de ganso, hace que los individuos, especialmente los corredores, restrinjan el movimiento; sus causas más comunes son el uso excesivo y las lesiones.
La bursa de la rodilla se encuentra en el interior de cada rodilla, entre los tres tendones del músculo isquiotibial y la espinilla. Por lo tanto, la bursitis de rodilla puede ser causada por el sobrepeso, la tensión de los músculos isquiotibiales, la falta de estiramiento, el giro inadecuado de la parte inferior de la pierna o la rodilla, la artritis o la infección.