Cáncer de mama secundario en el pulmón

1. ¿Qué es el cáncer de mama secundario en el pulmón?
2. ¿Cuál es mi pronóstico (perspectiva)?
3. Los pulmones
4. ¿Recién diagnosticado o preocupado por algún síntoma?
5. ¿Qué tratamientos me pueden ofrecer?
6. Ensayos clínicos
7. Cuidados paliativos y de apoyo
8. Disponibilidad de tratamientos
9. Manejo de los síntomas del cáncer de mama secundario en el pulmón
10. Ejercicio y cáncer de mama secundario de pulmón
11. Apoyo para vivir con cáncer de mama secundario en el pulmón

1. ¿Qué es el cáncer de mama secundario en el pulmón?

El cáncer de mama secundario en el pulmón ocurre cuando las células del cáncer de mama se extienden a los pulmones. También puede conocerse como metástasis pulmonares o secundarias en el pulmón.

El cáncer de mama secundario en el pulmón no es lo mismo que el cáncer que comenzó en el pulmón.

Por lo general, el cáncer de mama secundario se produce meses o años después del cáncer de mama primario. Pero a veces se encuentra al mismo tiempo que el cáncer de mama primario, o antes de que éste haya sido diagnosticado. En esta situación, el cáncer de mama ya se ha extendido a otras partes del cuerpo, como el pulmón. Esto se denomina cáncer de mama metastásico (secundario) «de novo», lo que significa que el cáncer de mama es metastásico desde el principio.

2. Cuando el cáncer de mama se extiende al pulmón, se puede tratar pero no se puede curar. El tratamiento tiene como objetivo controlar y ralentizar la propagación del cáncer, aliviar los síntomas y darle la mejor calidad de vida durante el mayor tiempo posible.

Después de un diagnóstico de cáncer de mama secundario, muchas personas quieren saber cuánto tiempo les queda de vida. A medida que los tratamientos han mejorado, cada vez más personas viven más tiempo después de un diagnóstico de cáncer de mama secundario. Sin embargo, la esperanza de vida es difícil de predecir ya que el caso de cada persona es diferente y no hay dos cánceres iguales.

Su especialista puede hablar con usted sobre la probable progresión (crecimiento y propagación) de su cáncer de mama secundario. Puede preocuparse si sus respuestas son vagas, pero no es posible predecir con exactitud cómo responderá la enfermedad de cada persona al tratamiento.

3. Los pulmones

Diagrama de los pulmones

Los pulmones ocupan la mayor parte de la zona del tórax, extendiéndose desde la clavícula hasta el abdomen (barriga). Están protegidos por la caja torácica. Cuando inspiramos, el pecho se expande, los pulmones se inflan y el aire entra. El diafragma es un gran músculo en forma de cúpula que separa la cavidad torácica del abdomen (barriga). Se expande y relaja constantemente para ayudar al proceso de respiración.

Los pulmones están unidos al interior de la pared torácica por dos finas capas de tejido llamadas pleura. Hay un pequeño espacio (a veces llamado espacio pleural o espacio virtual) entre las dos capas de tejido que está lleno de una pequeña cantidad de líquido. Este líquido impide que las dos capas se rocen cuando respiramos.

Cada pulmón está formado por secciones llamadas lóbulos. El aire que inhalamos es transportado a los pulmones por la tráquea, que se divide en tubos conocidos como bronquio izquierdo y bronquio derecho (o bronquios cuando se trata de ambos). A continuación, los bronquios se dividen en tubos más pequeños llamados bronquiolos. Al final de los bronquiolos hay millones de pequeños sacos de aire (alvéolos). Es aquí donde el oxígeno del aire que respiramos es absorbido por el torrente sanguíneo y el dióxido de carbono pasa del torrente sanguíneo al aire que exhalamos.

4. ¿Recién diagnosticada o preocupada por un síntoma?

En los días o semanas posteriores a un diagnóstico de cáncer de mama secundario, es posible que se sienta angustiada y que le resulte difícil pensar con claridad.

Puede leer nuestra información para personas recién diagnosticadas de cáncer de mama secundario, que incluye dónde encontrar apoyo.

Si no le han diagnosticado pero está preocupada por un síntoma, obtenga más información sobre los signos y síntomas del cáncer de mama secundario.

5. ¿Qué tratamientos me pueden ofrecer?

El tratamiento para el cáncer de mama secundario en el pulmón tiene como objetivo aliviar los síntomas y ralentizar el crecimiento del cáncer.

Los tratamientos pueden administrarse solos o en combinación.

Al tomar decisiones sobre la mejor manera de tratarle, su equipo de tratamiento tendrá en cuenta factores como:

  • La extensión del cáncer dentro del pulmón
  • Si el cáncer se ha extendido a otros órganos
  • Cualquier síntoma que tenga
  • Qué tratamiento ha recibido en el pasado
  • Las características del cáncer
  • Si ha pasado por la menopausia
  • Su estado de salud general
    • Su especialista debe discutir con usted cualquier recomendación de tratamiento y tener en cuenta sus deseos. Hablará con usted sobre sus opciones, le explicará cuál será el objetivo de su tratamiento y le ayudará a sopesar los posibles beneficios frente a los posibles efectos secundarios que pueda tener.

      También es posible que le remitan al equipo respiratorio, especializado en el tratamiento de personas con dificultades respiratorias. Ellos pueden ayudar a planificar su tratamiento o a controlar sus síntomas. Su atención continuará a cargo de su oncólogo de mama habitual, pero con la participación o el asesoramiento del otro equipo.

      Consulte nuestros consejos para ayudarle a sentirse segura de que está recibiendo la mejor atención.

      Terapia hormonal (endocrina)

      La terapia hormonal se utiliza para tratar los cánceres de mama con receptores de estrógeno positivos.

      Si le han hecho una biopsia o una cirugía por un cáncer de mama primario, se habrá analizado el tejido extraído para ver si es ER+. Sin embargo, en algunas personas los receptores de estrógenos cambian durante el desarrollo del cáncer de mama secundario. Debido a esto, su médico puede hablar de realizar una biopsia para volver a analizar los receptores hormonales.

      Quimioterapia

      La quimioterapia destruye las células cancerosas utilizando fármacos anticancerígenos. Para tratar el cáncer de mama secundario se utilizan varios fármacos de quimioterapia. Estos fármacos pueden administrarse solos o en combinación. Los fármacos que se le ofrezcan dependerán de muchos factores, incluyendo cualquier quimioterapia que haya recibido en el pasado y cuánto tiempo hace que la recibió.

      Terapias dirigidas (también llamadas terapias biológicas)

      Se trata de un grupo de fármacos que bloquean el crecimiento y la propagación del cáncer. Se dirigen a los procesos de las células que contribuyen al crecimiento del cáncer e interfieren en ellos.

      El tipo de terapia dirigida que se le ofrezca dependerá de las características de su cáncer de mama.
      Descubra más sobre los diferentes tipos de terapia dirigida.

      Radioterapia

      La radioterapia utiliza rayos X de alta energía para destruir las células cancerosas. A veces se utiliza para tratar los síntomas causados por un cáncer de mama secundario en el pulmón, por ejemplo, si están afectados grandes ganglios linfáticos en el centro del pecho. Puede administrarse en una dosis única o dividida en varias dosis (también llamadas fracciones) a lo largo de unos días.

      Radioterapia estereotáctica (también conocida como radiocirugía o radioterapia corporal ablativa estereotáctica)

      La radioterapia muy precisa puede considerarse para algunas personas con un número limitado de pequeños cánceres secundarios en los pulmones que tienen un buen nivel de salud y estado físico general. Este tratamiento permite administrar altas dosis de radiación con precisión y un daño mínimo al tejido circundante.

      La radioterapia estereotáctica utilizada para tratar el cáncer de mama secundario en el pulmón también puede llamarse CyberKnife, que es el nombre de la máquina de radioterapia. CyberKnife es un tratamiento especializado que sólo está disponible en algunos centros. Su equipo de tratamiento puede decirle si puede ser adecuado para usted.

      Cirugía

      Aunque la cirugía no curará el cáncer de mama secundario en el pulmón, ocasionalmente puede formar parte de un plan de tratamiento. Es más probable que se realice la cirugía si la zona de cáncer de mama secundario en el pulmón es muy pequeña, el cirujano puede acceder fácilmente a ella y no hay ningún otro cáncer de mama secundario en otra parte del cuerpo.

      Cirugía toracoscópica asistida por vídeo (VATS)

      La cirugía toracoscópica asistida por vídeo (VATS) es un tipo de operación que permite a los médicos ver el interior del pecho y los pulmones. Bajo anestesia general, se coloca un tubo fino con una cámara incorporada (conocido como toracoscopio) a través de un pequeño corte en el lateral del pecho para ayudar al cirujano a ver el interior. Se realizan uno o dos pequeños cortes en la piel, a través de los cuales se pueden pasar los instrumentos quirúrgicos. Puede utilizarse para tomar tejido del pulmón para una biopsia o para tratar un derrame pleural.

      6. Ensayos clínicos

      Muchos ensayos sobre el cáncer de mama estudian nuevos tratamientos o diferentes formas de administrar los existentes, como técnicas quirúrgicas, quimioterapia, terapias dirigidas o radioterapia. Su especialista puede hablar con usted sobre un ensayo clínico, o si está interesada en participar en la investigación puede preguntarle si hay algún ensayo clínico en el que pueda participar.

      Lea nuestra información general sobre ensayos clínicos.

      También puede encontrar listados de ensayos actuales en el sitio web de Cancer Research y en el sitio web del National Institute for Health Research (NIHR).

      7. Cuidados paliativos y de apoyo

      Los cuidados paliativos y de apoyo se centran en el control de los síntomas y el apoyo. Es una parte extremadamente importante de la atención y el tratamiento para muchas personas con cáncer de mama secundario y puede mejorar significativamente la calidad de vida para ellos y sus familias.

      La gente suele asociar los cuidados paliativos con el tratamiento al final de la vida. Sin embargo, muchas personas valoran tenerlos en cualquier fase de su enfermedad, junto a su tratamiento médico, para ayudar a prevenir y aliviar síntomas como el dolor o la fatiga. También pueden ayudar con los efectos emocionales, sociales y espirituales del cáncer de mama secundario.

      Los equipos de cuidados paliativos y de apoyo se encuentran en hospitales, hospicios y en la comunidad. Puede ser derivada por su equipo de tratamiento, su médico de cabecera o su enfermera de atención a la mama, dependiendo de su situación.

      8. Disponibilidad de tratamientos

      Algunos tratamientos para el cáncer de mama secundario pueden no estar disponibles de forma rutinaria en el NHS. Es posible que aún pueda acceder a estos tratamientos de otras maneras, como un ensayo clínico.

      Macmillan Cancer Support tiene información sobre lo que puede hacer si un tratamiento no está disponible. Visite el sitio web de Macmillan o llame al 0808 808 00 00 para obtener más información.

      Puede ser frustrante y angustioso que un tratamiento que usted y su especialista en cáncer creen que podría beneficiarle no esté disponible de forma rutinaria. Para obtener ayuda y asesoramiento sobre el acceso a un tratamiento, puede hablar con su equipo de tratamiento. También puede llamar a nuestra línea de ayuda gratuita al 0808 800 6000 para hablar de sus preocupaciones.

      Averigüe más sobre la disponibilidad de los tratamientos.

      9. Manejo de los síntomas del cáncer de mama secundario en el pulmón

      Falta de aire

      Uno de los síntomas más comunes del cáncer de mama secundario en el pulmón es la falta de aire. El término médico para esto es disnea.

      La disnea no causa daño, pero puede ser angustiante y atemorizante, lo que puede empeorar sus síntomas. Es posible que le resulte incómodo respirar o que sienta que no le llega suficiente aire a los pulmones. Puede experimentar disnea cuando está quieto o tumbado, pero suele ser más evidente cuando se mueve. No obstante, es bueno que se mantenga tan activa como pueda.

      La disnea puede producirse por diferentes motivos. Por ejemplo, el cáncer de mama secundario en el pulmón puede aumentar el riesgo de infecciones en el pecho, que también pueden causar disnea. En este caso puede ser tratada con antibióticos.

      Linfangitis

      A veces los canales linfáticos del pulmón pueden quedar bloqueados por las células del cáncer de mama, causando inflamación y cicatrices. Esto se llama linfangitis.

      El líquido linfático no puede drenar fuera de los pulmones y afecta a la cantidad de oxígeno que llega a la sangre. Un síntoma común de la linfangitis es la falta de aire. También puede provocar una tos seca y, en ocasiones, toser con sangre. Estos síntomas pueden estar presentes incluso antes de que sea posible ver algo en una radiografía o escáner.

      Si tiene linfangitis causada por su cáncer de mama secundario, su médico normalmente le recomendará un tratamiento con quimioterapia. También pueden utilizarse fármacos esteroides como la dexametasona o la prednisolona.

      Hay varias cosas prácticas que puede hacer para ayudar a aliviar su disnea. Refrescarse la cara con agua fría, usar un ventilador de mano o sentarse cerca de una ventana abierta puede ser útil. Sentarse hacia delante con los brazos y los codos sobre una superficie elevada y de apoyo puede ayudarle a sentir que puede respirar mejor.

      También es posible que el ejercicio le ayude a aliviar la disnea.

      Fisioterapia

      La fisioterapia puede ser útil para tratar la disnea. Aprender técnicas de relajación y respiración para utilizarlas cuando empiece a sentir disnea también puede ayudar. Su equipo médico puede remitirle a un fisioterapeuta o a un equipo de cuidados paliativos y de apoyo para que le enseñe ejercicios de respiración. Varios servicios ofrecen grupos, clases y clínicas para este fin.

      Terapia ocupacional

      Una evaluación por parte de un terapeuta ocupacional puede ofrecer soluciones prácticas para controlar la disnea en el día a día. Pueden sugerir la realización de cambios en la casa, como la colocación de una silla o taburete para detenerse y descansar mientras se camina entre las habitaciones.

      Relajación

      Muchas personas encuentran útiles las terapias complementarias y la relajación para controlar su disnea.

      Si es necesario, sus médicos pueden administrarle medicamentos como lorazepam de un grupo de fármacos llamados benzodiazepinas (que tienen propiedades sedantes y relajantes musculares), Ventolin (un fármaco que puede relajar las vías respiratorias) o dosis bajas de codeína o morfina para ayudar a aliviar la sensación de falta de aire.

      No se ha encontrado que el oxígeno sea un tratamiento útil para la disnea causada por el cáncer de mama secundario en el pulmón.

      Apoyo psicológico

      La ansiedad y el bajo estado de ánimo también pueden empeorar la disnea. Puede preguntar a su oncólogo, a su médico de cabecera, a la enfermera especializada o a la enfermera de cuidados paliativos sobre el acceso al apoyo psicológico para ayudarle a manejar esto.

      Tos

      Una tos continua es otro síntoma común que puede ser angustioso y agotador. Puede estar causada por el propio cáncer o por una infección. La flema puede acumularse en el pecho y la garganta y puede ser difícil de expulsar.

      Los medicamentos para la tos pueden ayudar a controlarla, o se pueden recetar medicamentos conocidos como mucolíticos para ayudar a aflojar la flema. Sus médicos pueden recomendarle un nebulizador, que es un dispositivo que convierte el medicamento líquido en una niebla que puede inhalarse a través de una boquilla. El uso de un nebulizador también puede ayudar a aflojar la flema, haciendo que sea más fácil subirla.

      Si la tos es muy difícil de controlar sus médicos pueden prescribir un medicamento a base de codeína o dosis bajas de morfina o esteroides.

      Dolor

      El alivio del dolor es una parte muy importante del cuidado de muchas personas con cáncer de mama secundario. Una vez que el dolor está bajo control, muchas personas se sienten menos ansiosas y pueden comer y dormir mejor.

      Aunque muchas personas con cáncer de mama secundario en el pulmón no experimentan dolor, si el cáncer afecta al revestimiento que rodea a los pulmones (la pleura) puede causar irritación y provocar dolor o molestias al respirar. Esto suele empeorar al inspirar o toser.

      La mayoría de los dolores pueden aliviarse o controlarse. Es muy importante que su dolor sea evaluado regularmente por su enfermera o médico para asegurarse de que se mantiene bajo control.

      Obtenga más información sobre el dolor y el cáncer de mama secundario.

      Derrame pleural

      Un derrame pleural es una acumulación de líquido adicional entre las capas pleurales y normalmente se confirmará mediante una radiografía de tórax. Puede desarrollarse si las células cancerosas se han extendido a la pleura, causando irritación y produciendo líquido que puede acumularse.

      Puede hacer que se sienta sin aliento, pero esto a veces puede aliviarse eliminando el líquido extra. Se puede eliminar una pequeña cantidad adormeciendo la zona con un anestésico local y extrayendo el líquido con una aguja y una jeringa.

      Si hay una cantidad mayor de líquido, se puede insertar un tubo de drenaje estrecho en el espacio pleural, también con anestesia local. A continuación, se sutura en su lugar y se conecta a una botella de drenaje. Esto permite que el líquido drene lentamente con el tiempo (a menudo unos pocos días). Dejar el drenaje hasta que el líquido haya salido por completo suele ayudar a que la pleura se pegue. Este procedimiento puede repetirse si el líquido vuelve a acumularse. A veces se puede insertar un drenaje permanente para poder drenar el líquido con regularidad y más fácilmente en casa.

      A veces, después de drenar un derrame pleural se realiza otro procedimiento llamado pleurodesis. Se trata de inyectar un fármaco o un polvo en el drenaje, y luego dejar el drenaje sujeto durante aproximadamente una hora antes de retirarlo. El objetivo es sellar las dos capas de la pleura para evitar que el líquido vuelva a acumularse.

      Pérdida de apetito y de peso

      A veces las personas con cáncer de mama secundario no pueden comer tanto como de costumbre. Esto significa que tienen dificultades para mantener su peso, así como para proporcionar energía al cuerpo. Los bajos niveles de energía pueden afectar a la movilidad (desplazarse) y podrían dificultar el control de cualquier síntoma, como la disnea.

      La falta de apetito puede deberse a los efectos del cáncer, el tratamiento o la ansiedad. Un pequeño número de personas puede tener dificultades para tragar.

      Puede que le resulte más fácil comer poco y a menudo en lugar de hacer comidas fijas. Si sigue sintiendo que no come lo suficiente, está perdiendo peso o no tiene interés por la comida, hable con su médico o enfermera especializada sobre los suplementos dietéticos o pida hablar con un dietista para que le asesore un especialista.

      En algunas circunstancias se le puede recetar medicación para ayudar a estimular el apetito.

      Fatiga (cansancio extremo)

      La fatiga relacionada con el cáncer es uno de los síntomas más comunes que experimentan las personas con cáncer de mama secundario.

      Todo el mundo sabe lo que se siente al estar cansado a veces, pero la fatiga relacionada con el cáncer puede sentirse mucho más grave. Puede aparecer y desaparecer o ser continua, y esto puede ser angustioso y frustrante.

      La fatiga tiene muchas causas, desde factores psicológicos, como el estrés de afrontar el diagnóstico, hasta físicos, como los efectos secundarios del tratamiento, la pérdida de apetito, la medicación, la alteración del sueño o la progresión (crecimiento y propagación) del cáncer.

      La fatiga puede tener un efecto significativo en su capacidad para afrontar el cáncer y su tratamiento. También puede afectar a sus actividades cotidianas y a su calidad de vida.

      Encuentre consejos para manejar la fatiga.

      Coágulos de sangre

      Las personas con cáncer de mama tienen un mayor riesgo de sufrir coágulos de sangre. Su riesgo es mayor debido al propio cáncer y a algunos tratamientos para el cáncer de mama.

      Puede correr el riesgo de que se forme un coágulo de sangre conocido como trombosis venosa profunda (TVP). Las personas con una TVP corren el riesgo de desarrollar una embolia pulmonar (EP). Esto ocurre cuando parte del coágulo de sangre se desprende y viaja al pulmón.

      Los coágulos de sangre pueden ser perjudiciales pero son tratables, por lo que es importante informar de los síntomas lo antes posible.

      Si experimenta alguno de los siguientes síntomas, póngase en contacto con su departamento local de A&E, con su médico de cabecera o con un equipo de especialistas inmediatamente:

      • Dolor, enrojecimiento/decoloración, calor e hinchazón de la pantorrilla, la pierna o el muslo
      • Hinchazón, enrojecimiento o sensibilidad en el lugar donde se inserta una vía central para administrar la quimioterapia, por ejemplo en el brazo, la zona del pecho o hasta el cuello
      • Dificultad para respirar
      • Opresión en el pecho
      • Tos inexplicable (o tos con sangre)
        • 10. Ejercicio y cáncer de mama secundario en el pulmón

          Algunas personas con cáncer de mama secundario en el pulmón no presentan síntomas mientras que otras tienen una combinación de dolor, malestar, pérdida de apetito, hipo, cansancio y fatiga. Aunque la actividad física puede ayudar a reducir algunos síntomas, es importante escuchar al cuerpo y no forzarlo demasiado. Una actividad suave y regular, como caminar, suele ser lo más eficaz.

          Si actualmente está en tratamiento puede que tenga que hacer ejercicio a un nivel ligeramente inferior. Deje de hacerlo si le duele o siente que está trabajando demasiado.

          Al elegir su ejercicio, intente centrarse en actividades aeróbicas como caminar, nadar o montar en bicicleta. Actividades como el baile y la jardinería también pueden ser beneficiosas. También puedes incluir algunos ejercicios ligeros de tonificación o acondicionamiento, como los estiramientos o el yoga de bajo impacto. Lo más importante es elegir algo que pueda disfrutar con seguridad.

          11. Apoyo para vivir con un cáncer de mama secundario en el pulmón

          La experiencia de cada persona al ser diagnosticada con un cáncer de mama secundario es diferente, y la gente lo afronta a su manera.

          Para muchas personas, la incertidumbre puede ser la parte más dura de vivir con un cáncer de mama secundario.

          Puede resultarle útil hablar con otra persona que haya tenido un diagnóstico de cáncer de mama secundario.

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