Pregunta:
¿Cuál es la mejor forma de conservar la mozzarella y cuánto tiempo durará antes de estropearse?
Respuesta:
La mozzarella fresca se presenta en una variedad de tamaños en forma de bola y de pan y se suele envasar en salmuera, suero o solución de envasado de agua/líquido, lo que ayuda a conservar su forma, humedad y textura suave, cremosa y ligeramente elástica. Las opiniones de los expertos varían sobre el uso, el almacenamiento y la vida útil de la mozzarella fresca. Algunos conocedores -los que gustan de consumirla como producto independiente- dicen que debe consumirse íntegramente el mismo día de su elaboración. Advierten de que no se debe refrigerar, ya que su textura se vuelve más gomosa. Otros afirman que no hay problema en refrigerar la mozzarella fresca, pero que debe sacarse del frigorífico entre una y dos horas antes de consumirla, ya que si se calienta a temperatura ambiente se obtiene la mejor sensación en boca, textura y sabor. Por último, otros dicen que puede dejarla refrigerada en su solución hasta que esté lista para comerla.
En general, los envases sellados al vacío de mozzarella fresca sin abrir y refrigerada durarán hasta cuatro o seis semanas desde la fecha de fabricación, suponiendo que esté salada. También debe comprobar la fecha de caducidad que figura en el envase. Una vez abierta, debe refrigerarse y utilizarse en un plazo de cuatro a siete días. No se estropeará después de este periodo de tiempo, pero no tendrá el mismo sabor, ya que empieza a agriarse con el tiempo (afortunadamente, no le hará enfermar). Si no puede servirla toda en el periodo de cuatro a siete días, utilice el resto en un plato de pasta o como ingrediente de una pizza.
Envasada en formatos de bloque, barra, en rodajas y rallada, la mozzarella envejecida tradicional tiene una vida útil mucho más larga debido a su menor contenido de agua y al procesamiento al que se somete durante la fabricación. Las recomendaciones para su conservación son:
Sin abrir y refrigerada: Hasta tres semanas después de la fecha de consumo, dependiendo de la temperatura de refrigeración, o, según algunos expertos, hasta 70 días después de la fecha de producción.
Sin abrir y congelado: Entre cuatro y seis meses después de la fecha de caducidad. Descongelar en el frigorífico y consumir entre siete y 28 días después de su apertura.
Abierto y refrigerado: Entre siete y 28 días
Abierto y congelado: Hasta tres meses. Congelar entre siete y 14 días después de abrir el envase. Descongelar en el frigorífico y consumir en un plazo de siete a 14 días.
En mi próxima columna, veremos algunos trucos para prolongar la vida útil del queso mozzarella.