Además de todas las implicaciones emocionales de las nuevas relaciones tras el fin de un matrimonio, lamentablemente muchas personas tienen que tener en cuenta también las consideraciones financieras. Si estás recibiendo una pensión alimenticia de tu ex-cónyuge, ésta podría terminar cuando decidas dar el gran paso de irte a vivir con una nueva pareja, convirtiéndolo en un paso aún más grande.
La ley aún no es muy clara en cuanto al momento en que se considera que las personas están conviviendo. Hay algunas pautas que los jueces utilizarán que incluyen:
- Las partes conviven en el mismo hogar;
- La convivencia implica un reparto de tareas y deberes diarios;
- Hay estabilidad y permanencia en la relación;
- Los asuntos económicos de la pareja son indicativos de su relación;
- Su relación sexual es admitida y continuada;
- Existe un vínculo estrecho entre el tercero y el hijo del cónyuge;
- Existen pruebas suficientes de que la cohabitación existió en opinión de una persona razonable con percepciones normales.
Sin embargo, si su ex cónyuge sospecha que ahora está cohabitando, entonces puede esperar razonablemente que presente una orden judicial para suspender los pagos de la manutención, ya que ahora se ve que usted es económicamente estable.
Esto significa que cualquier nueva relación después de su divorcio tiene que ser muy cuidadosamente considerada. Irse a vivir con alguien es siempre un gran paso, pero se convierte en un paso aún mayor cuando se corre el riesgo de perder la estabilidad financiera. Esto significa que debe estar tan seguro como sea posible de que la relación será a largo plazo, antes de comenzar a cohabitar.
También debe hacer todo lo posible para evitar que parezca que está cohabitando, antes de comprometerse. Mantenga sus vidas tan separadas como sea posible en cuanto a los aspectos prácticos de dónde guardan sus posesiones y cómo organizan sus finanzas y mantienen las dos direcciones.
Como las leyes en torno a la cohabitación son todavía bastante poco claras y cambian todo el tiempo, asegúrese de conseguir un buen abogado de familia que pueda aconsejarle sobre los resultados probables de cualquier acción. De esta forma podrá prepararse emocional y económicamente ante cualquier petición de su ex.