Los combustibles fósiles, incluidos el carbón, el petróleo y el gas natural, son actualmente la principal fuente de energía del mundo. Formados a partir de materia orgánica a lo largo de millones de años, los combustibles fósiles han impulsado el desarrollo económico de Estados Unidos y del mundo en el último siglo. Sin embargo, los combustibles fósiles son recursos finitos y también pueden dañar irremediablemente el medio ambiente. Según la Administración de Información Energética de Estados Unidos, la quema de combustibles fósiles fue responsable del 76% de las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos en 2016. Estos gases contribuyen al efecto invernadero y podrían provocar cambios potencialmente catastróficos en el clima de la Tierra. Tecnologías como la Captura y Almacenamiento de Carbono (CAC) pueden ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por los combustibles fósiles, y la energía nuclear puede ser una alternativa de carbono cero para la generación de electricidad. Pero existen otras soluciones más sostenibles y menos arriesgadas: la eficiencia energética y las energías renovables.
Petróleo
El petróleo es la principal fuente de combustible del mundo para el transporte. La mayor parte del petróleo se extrae de yacimientos subterráneos, pero también puede encontrarse incrustado en pizarras y arenas bituminosas. Una vez extraído, el crudo se procesa en las refinerías de petróleo para crear fuel oil, gasolina, gas licuado de petróleo y otros productos no combustibles como pesticidas, fertilizantes, productos farmacéuticos y plásticos.
Estados Unidos lidera el consumo mundial de petróleo con 19,88 millones de barriles al día en 2017. Las importaciones netas de petróleo para Estados Unidos fueron de 3,8 millones de barriles al día. Los principales exportadores a Estados Unidos son Canadá, México, Arabia Saudí, Venezuela y Nigeria. La gran dependencia mundial del petróleo para el transporte dificulta la reducción del consumo. Pero el petróleo plantea importantes problemas medioambientales. Además de la degradación medioambiental causada por los vertidos y la extracción de petróleo, su combustión libera finas partículas que pueden provocar graves problemas respiratorios. El petróleo también es una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero: el petróleo es responsable del 45% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Estados Unidos a partir de 2017.
Los crudos más pesados, especialmente los que se extraen de las arenas bituminosas y -a través de la fracturación- del esquisto, requieren el uso de métodos intensivos en energía que provocan más emisiones y degradación ambiental en comparación con el petróleo convencional. A medida que el petróleo convencional de los yacimientos subterráneos se agota, más productores de petróleo recurren a fuentes no convencionales como las arenas bituminosas y el esquisto bituminoso.
Carbón
El carbón se utiliza principalmente para generar electricidad y es responsable del 30% del suministro de energía eléctrica en Estados Unidos en 2017 (frente al 39% en 2017 y el 50% en 2007). Estados Unidos produce alrededor del 11% del total mundial, con Wyoming, Virginia Occidental, Pensilvania, Illinois y Kentucky a la cabeza de la producción. China es el líder mundial en la producción de carbón, responsable del 48 por ciento del suministro mundial (a partir de 2015).
La combustión del carbón libera contaminantes atmosféricos como el dióxido de azufre, que induce la lluvia ácida, los óxidos de nitrógeno (NOx) y el mercurio. El proceso de extracción también puede ser muy perjudicial para el medio ambiente, ya que a menudo provoca la destrucción de la vegetación y la capa superior del suelo. Los ríos y arroyos también pueden ser destruidos o contaminados por los residuos de las minas. La combustión del carbón es responsable del 32% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Estados Unidos.
Recientemente se ha promovido la premisa del «carbón limpio» como una forma de utilizar esta abundante fuente de energía sin dañar el medio ambiente. La captura y el almacenamiento de carbono (CAC), en la que el carbono se separa del carbón y se inyecta bajo tierra para almacenarlo a largo plazo, podría utilizarse teóricamente para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero de la industria del carbón. Sin embargo, aún no se ha demostrado que la CAC sea una forma segura o realista de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de las centrales eléctricas comerciales, y los costes medioambientales y sanitarios de la minería siguen presentes.
Gas natural
El gas natural genera una parte cada vez mayor de la electricidad de EE.UU. y ahora representa cerca de un tercio del uso energético del país. Se utiliza sobre todo para producir calor o electricidad para edificios o procesos industriales; menos del 3% del gas natural estadounidense se utiliza como combustible para el transporte, normalmente para flotas de autobuses. Estados Unidos produce alrededor del 17,6% del gas natural del mundo y consume alrededor del 21,6% (en 2015). El gas natural se transporta sobre todo por gasoducto, lo que convierte a Canadá en el principal exportador a Estados Unidos, mientras que Rusia sigue siendo el principal proveedor de gran parte de Europa. Sin embargo, el gas natural se transporta cada vez más por barco en forma licuada (GNL) para satisfacer una mayor demanda mundial del combustible.
El gas natural se quema de forma más limpia que el carbón y el petróleo, con casi cero emisiones de dióxido de azufre y muchas menos emisiones de óxido de nitrógeno y partículas. El gas natural emite casi un 30% menos de dióxido de carbono que el petróleo y un 43% menos que el carbón. Sin embargo, el gas natural sigue siendo responsable del 29 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero en Estados Unidos.
El gas natural, que se compone principalmente de metano (CH4), también se genera por la descomposición de los residuos municipales en los vertederos y el estiércol de la producción ganadera. El metano es un gas de efecto invernadero más de 20 veces más potente que el dióxido de carbono. Capturar y quemar el gas para producir calor y energía utilizables evita que el metano se libere directamente a la atmósfera desde el vertedero o el cebadero.
Alternativas a los combustibles fósiles: Eficiencia energética y energías renovables
A pesar de la actual dependencia de Estados Unidos de los combustibles fósiles, existen varias opciones para iniciar la necesaria transición que nos aleje de la dañina economía de los combustibles fósiles. Mejorar la eficiencia energética de los edificios, los vehículos, los procesos industriales, los electrodomésticos y los equipos es la forma más inmediata y rentable de reducir el consumo de energía. La planificación de comunidades en las que la gente pueda utilizar de forma segura y conveniente el transporte público, caminar o ir en bicicleta, en lugar de utilizar vehículos privados, también reduce la demanda de energía. Por último, las energías limpias y renovables -como el agua, la biomasa, el viento, la geotermia y la energía solar- pueden sustituir a los combustibles fósiles.
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