AAs the product of a Norwegian-immigrant father and a German-American mother, Conrad N. Hilton had a strong belief in the American dream. Hizo realidad ese sueño construyendo un imperio mundial que ha tenido un éxito continuado décadas después de su muerte, además de retribuir a la comunidad y a la educación superior. Su filosofía para el éxito se derivaba de su fe en Dios, su creencia en la hermandad del hombre, su confianza patriótica en los Estados Unidos de América y su convicción de que toda la humanidad está obligada a ayudar a aliviar a los que sufren, a los angustiados y a los indigentes.
Hilton se educó en el St. Michael’s College de Santa Fe, Nuevo México, y en la New Mexico School of Mines. En 1919, se introdujo en el negocio de la hostelería al comprar el Mobley Hotel en Cisco, Texas. En 1925 construyó su primer hotel, el Dallas Hilton. Mientras se construía el Dallas Hilton, Hilton se casó con Mary Barron, con quien tuvo tres hijos: Conrad N. Jr., William Barron y Eric Michael. Más tarde tuvo un cuarto hijo, Francesca, en su segundo matrimonio con Zsa Zsa Gabor.
Durante la Gran Depresión, Hilton aprendió a operar con economía -una de las claves de su futuro éxito- y pudo ampliar su imperio comprando hoteles por todo Estados Unidos, entre ellos el legendario hotel Waldorf=Astoria de Nueva York, The Stevens, actualmente conocido como el Chicago Hilton & Towers, el Sir Francis Drake de San Francisco, The Plaza de Nueva York y el Palmer House de Chicago. Además, desarrolló su negocio a nivel internacional construyendo hoteles fuera de Estados Unidos en lugares tan exóticos como San Juan, Madrid, Estambul, La Habana, Berlín y El Cairo.
Hilton creía firmemente en la paz mundial y en la estabilidad económica global, y utilizaba la publicidad corporativa para promover «La paz mundial a través de los viajes y el comercio internacional». Para apoyar sus valores y su preocupación por el público, fundó la Fundación Conrad N. Hilton en 1944.
El legado de Conrad N. Hilton sigue vivo a través de la Fundación Conrad N. Hilton, que apoya a muchas organizaciones religiosas, educativas y médicas sin ánimo de lucro, y fue fundamental en la fundación de la Clínica Mayo en 1972. La Fundación ha apoyado multitud de causas, como la adicción y el abuso de sustancias, la investigación sobre el cerebro, el desarrollo del agua en África, el fin de la falta de vivienda, la prevención de la ceguera y la erradicación de la violencia doméstica.
En 1969, Hilton se comprometió a aportar 1,5 millones de dólares para la construcción de la facultad que ahora lleva su nombre, la Facultad de Hostelería y Restauración Conrad N. Hilton de la Universidad de Houston. En la actualidad, la facultad es uno de los mejores programas de hostelería del mundo.