Mimetizarse con el entorno inmediato como la tecnología de camuflaje activo que utiliza el cazador alienígena de Predator tendría, sin duda, aplicaciones alarmantes en el mundo real, haciendo que la obtención de una galleta de molinillo de viento gratis del contenedor de alimentos a granel de los supermercados fuera casi indetectable.
Pero unos ingeniosos científicos e ingenieros de la Universidad de Rutgers están deseando replicar esa asombrosa capacidad de invisibilidad inventando un nuevo tipo de material estirable impreso en 3D con el poder de cambiar de color a demanda. Aunque las posibilidades de estos geles inteligentes cambiantes son ilimitadas, el objetivo inmediato es apuntar a un método avanzado de camuflaje militar.
El equipo de Rutgers ha expuesto sus hallazgos en un nuevo artículo que se acaba de publicar en la revista online ACS Applied Materials & Interfaces, explicando que la idea de estos geles inteligentes se inspiró en la piel que cambia de color de criaturas marinas como la sepia, los pulpos y los calamares.
Utilizados para el camuflaje y la comunicación, la ocultación se completa con los miles de células pigmentarias que cambian de color incrustadas en su piel, llamadas cromatóforos.
«Las pantallas electrónicas están por todas partes y, a pesar de los notables avances, como ser cada vez más delgadas, más grandes y más brillantes, se basan en materiales rígidos, lo que limita las formas que pueden adoptar y la forma en que interactúan con las superficies 3D», señaló el autor principal, Howon Lee, profesor asistente de Rutgers.
«Nuestra investigación apoya un nuevo enfoque de ingeniería que presenta el camuflaje que se puede añadir a los materiales blandos y crear pantallas flexibles y coloridas.»
Para conjurar esta magia de ciencia ficción, los ingenieros de Rutgers desarrollaron un hidrogel imprimible en 3D que detecta la luz y altera su forma como consecuencia.
Los hidrogeles son polímeros con infusión de H20 que conservan su forma mientras permanecen en estado sólido y pueden verse en el cuerpo humano, la gelatina, las lentes de contacto y los medicamentos regenerativos. En lugar de disolverse en presencia de agua, esos materiales entran en un estado semisólido híbrido.
Al insertar un nanomaterial sensible a la luz en el hidrogel hinchado de agua, los científicos lo han convertido en un «músculo artificial» que se contrae en respuesta a los cambios de luz. Este gel inteligente que reacciona a la luz se combina con el material flexible impreso en 3D para conseguir sus notables propiedades de camuflaje.
Actualmente, Lee y su equipo de investigación tienen como objetivo mejorar la sensibilidad, el tiempo de respuesta, la escalabilidad, el embalaje y la durabilidad de la tecnología de cambio de tonalidad, así como acelerar el proceso de producción.