Cortar o no cortar: Esa es la vieja pregunta cuando se trata de nuestras cutículas. Y hasta hace poco, siempre estábamos en la disyuntiva. Por un lado (ejem), hemos oído que cortarlas puede aumentar la probabilidad de contraer una infección. Por otro lado, es tan condenadamente satisfactorio ver a la manicurista recortar todo ese exceso de piel.
Así que cuando Elizabeth García, una manicurista profesional de Nueva York, nos enseñó un truco para deshacerse de las cutículas que no implica recorte alguno, nos quedamos alucinados.
Lo que necesitas: Una crema quitacutículas, un empujador de cutículas y un pulidor de uñas de grano medio.
Lo que debes hacer: Exprime una pequeña cantidad de la crema quitacutículas en cada cutícula y déjala reposar de cinco a seis minutos. (Este es un buen momento para limar las puntas o decidir finalmente de qué color quieres pintar las uñas). A continuación, empuja las cutículas hacia atrás, y luego -esta es la parte buena- frótalas suavemente con el pulidor de uñas. Utiliza un movimiento de vaivén en la parte superior de las cutículas hasta que veas que se forman bolitas de piel en la base de las uñas.
Por qué es un cambio de juego: El removedor de cutículas suaviza tu piel para que sea fácil pulir el exceso sin tener que coger un alicate. (Es como cuando usas un exfoliante granulado en tu cara.)
Bien, una decisión menos. Ahora, sobre ese color…