En 1902, el famoso inventor y futurista Nikola Tesla se instaló en Long Island para empezar a trabajar en su mayor experimento. Imaginó la construcción de un sistema mundial de suministro de energía inalámbrica: una red de torres que podría iluminar ciudades, enviar comunicaciones e incluso alimentar aviones en el cielo, todo ello sin cables. En los terrenos de su laboratorio, construyó el primer prototipo de dispositivo de transmisión, una enorme estructura que llegó a conocerse como la Torre Wardenclyffe.
Hoy, por supuesto, vivimos en un mundo profundamente cableado. La comunicación por aire es omnipresente. Pero, con un puñado de excepciones como los teléfonos móviles y los cepillos de dientes, seguimos enviando y recibiendo electricidad a través de cables.
Entonces, ¿qué pasó con la gran ambición de Tesla? Viajamos a Wardenclyffe para ver los restos del laboratorio y para hablar con un par de ingenieros y físicos sobre lo que Tesla hizo bien y mal. It turns out there is some tantalizing progress happening in the world of wireless power transfer today. So… was Tesla onto something?
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