En los últimos años, la popularidad del té de burbujas se ha disparado. Antes era una bebida relativamente oscura que sólo se encontraba en Chinatown, ahora se puede encontrar una tienda de té de burbujas prácticamente en cada esquina de la ciudad de Nueva York. Las cadenas de té de burbujas están surgiendo a diestro y siniestro y esta bebida tan querida está más disponible que nunca. Sin embargo, agárrense el sombrero: el té de burbujas no es la bebida divertida e inofensiva que mucha gente supone.
Los principales componentes del té de burbujas son el té, la leche y las perlas de tapioca -además de unos niveles de azúcar alarmantemente altos. Las perlas de tapioca -amadas por su textura masticable, parecida a la de un caramelo, y a menudo conocidas por su nombre chino, boba- son tan malas para la salud como un caramelo real. Hervidas y luego saturadas de azúcar, estas divertidas bolitas pueden añadir entre 5 y 14 calorías cada una a tu bebida, lo que significa que sólo 1/4 de taza de ellas puede añadir más de 100 calorías extra a tu bebida, ya de por sí calórica. La boba no sólo añade calorías adicionales, sino que además no aporta nada en términos de nutrición. Los boba son básicamente carbohidratos – carecen de minerales o vitaminas y no contienen fibra.
Un té de burbujas puede contener hasta 50 gramos de azúcar y cerca de 500 calorías.
Si bien es poco probable que un té de burbujas aquí y allá tenga efectos graves en su salud, no debería consumirse en absoluto a diario. Así que la próxima vez que se le antoje un té de burbujas, intente resistirse. Tu cuerpo te lo agradecerá.