La enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) es una infección de los órganos reproductores femeninos. Suele producirse cuando las bacterias de transmisión sexual se propagan desde la vagina hasta el útero, las trompas de Falopio o los ovarios. La EPI afecta a casi 1.000.000 de mujeres cada año.
Síntomas de la Enfermedad Inflamatoria Pélvica (EPI)
Las mujeres con EPI pueden tener sólo un dolor leve o no presentar ningún síntoma, aunque se estén produciendo daños graves en sus órganos reproductores internos. Algunas mujeres con EPI pueden experimentar los siguientes síntomas:
- Dolor abdominal bajo que va de leve a intenso
- Fiebre, a veces escalofríos
- Descarga vaginal anormal o abundante que puede tener un olor desagradable
- Dolor en las relaciones sexuales
- Dolor, frecuencia o dificultad para orinar
¿Puede la Enfermedad Inflamatoria Pélvica (EPI) provocar otros problemas?
La EPI puede causar daños permanentes al desarrollar tejido cicatricial en los órganos reproductores internos femeninos. El tejido cicatrizal puede bloquear completamente las trompas de Falopio, lo que impide que el esperma y el óvulo se encuentren y causa infertilidad.
Aproximadamente 100.000 mujeres al año comienzan a luchar contra la infertilidad como resultado de la EPI. El tejido cicatricial puede bloquear parcialmente o dañar ligeramente la trompa de Falopio.
Esto puede impedir que el óvulo fecundado salga de la trompa creando un embarazo ectópico o tubárico. Los embarazos ectópicos pueden romper las trompas de Falopio causando fuertes dolores, hemorragias internas e incluso la muerte. La cicatrización de las trompas de Falopio y los ovarios también puede provocar dolor pélvico que dura meses o incluso años.
¿Qué causa la enfermedad inflamatoria pélvica?
La enfermedad inflamatoria pélvica está causada por el coito vaginal con una pareja infectada con gonorrea o clamidia. Cuantas más parejas sexuales tenga una mujer, mayor será el riesgo de EPI. La EPI es una progresión común de una infección de clamidia, gonorrea o, en casos raros, vaginosis bacteriana.
¿Cómo se diagnostica la enfermedad?
La EPI es difícil de diagnosticar porque los síntomas suelen ser leves y muchos casos pasan desapercibidos. No existen pruebas específicas para la EPI. Si es usted sexualmente activa y experimenta dolor en la parte baja del abdomen, lo primero que hará probablemente su proveedor de atención médica es realizar cultivos del cuello uterino para comprobar la presencia de clamidia y gonorrea. Para diagnosticar la EPI puede ser necesaria una ecografía o posiblemente una intervención quirúrgica.
¿Cómo se trata la enfermedad inflamatoria pélvica?
Las bacterias que causan la EPI pueden tratarse y curarse con antibióticos administrados por vía oral o intravenosa. El daño causado por la cicatrización de la EPI no puede revertirse. Aproximadamente el 25% de las mujeres con EPI deben ser ingresadas en el hospital para recibir tratamiento.
¿Se puede prevenir?
Sólo hay dos formas de prevenir la EPI. La primera es abstenerse de cualquier tipo de contacto sexual, lo que permite evitar contraer clamidia y gonorrea.
La segunda es mantener una relación monógama a largo plazo, como el matrimonio. El uso de preservativos reduce el riesgo de transmisión de la clamidia y la gonorrea, pero no lo evita. Según un estudio presentado en la Conferencia Nacional de Prevención de ETS de 2002, existe una reducción del 50% del riesgo mediante el uso de preservativos.
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