ETA
Foto, tomada de un vídeo difundido el 22 de marzo de 2006, que muestra a tres miembros enmascarados del grupo separatista vasco ETA anunciando un alto el fuego permanente con el gobierno español. Ese compromiso se concretó en octubre de 2011.
© Javier Echezarreta-EPA/REX/.com
ETA surgió del Partido Nacionalista Vasco (PNV), fundado en 1894 y que logró sobrevivir, aunque de forma ilegal, bajo el régimen fascista de Francisco Franco manteniendo su sede en el exilio en París y manteniéndose discretamente fuera de la vista en España. En 1959, algunos miembros jóvenes, enfadados por el persistente rechazo del partido a la lucha armada, se separaron y fundaron ETA. Durante los años siguientes, la nueva organización desarrolló agrupaciones asociadas cada vez más a las posiciones marxistas y fijó como objetivo el socialismo revolucionario. En 1966, en la quinta conferencia de ETA, la organización se dividió ideológicamente en dos alas: los «nacionalistas», o ETA-V, que se adherían al objetivo tradicional de la autonomía vasca, y los «ideólogos», o ETA-VI, que estaban a favor de una marca marxista-leninista de independencia vasca y se dedicaban al sabotaje y, a partir de 1968, al asesinato. Los intentos del régimen de Franco por aplastar a ETA en las provincias vascas fueron severos, con detenciones arbitrarias, palizas y torturas. En 1969-70 los principales dirigentes fueron detenidos por la policía y sometidos a juicios militares en la ciudad de Burgos.
El fraccionamiento de ETA en los años 70 y 80, con varios grupos internos que alternaban la violencia y la acción política. Tras la muerte de Franco en 1975, los gobiernos democráticos de España se movilizaron para establecer la autonomía regional de las provincias vascas y para ofrecer indultos a los miembros de ETA que renunciaran al terrorismo. Sin embargo, en la década siguiente, el número de asesinatos de ETA por medio de bombas y atentados se multiplicó por diez en comparación con los ocurridos bajo la férrea represión de Franco. La mayoría de los asesinados eran oficiales militares españoles de alto rango, jueces y funcionarios del gobierno.
ETA llegó a depender económicamente de los robos, los secuestros y los «impuestos revolucionarios» extorsionados a los empresarios. Formó organizaciones políticas de fachada -como Herri Batasuna, que generalmente se consideraba el ala política de ETA- para presentarse a las elecciones en el periodo postfranquista, mientras seguía cometiendo asesinatos y atentados con coches bomba para lograr sus objetivos. Los sucesivos dirigentes de ETA fueron capturados por el gobierno español o asesinados en disputas entre facciones, pero la organización siguió activa. En 1983, dos miembros de ETA fueron secuestrados y asesinados por las fuerzas de seguridad españolas en el marco de lo que muchos consideraron una «guerra sucia» contra el grupo. En 2000 dos funcionarios del gobierno fueron condenados por su papel en los asesinatos y sentenciados a más de 70 años de prisión.
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En septiembre de 1998 ETA pidió un alto el fuego, pero sólo duró 14 meses. La violencia continuada de ETA a principios del siglo XXI llevó de nuevo al gobierno español a intentar suprimir la organización, y en marzo de 2006 ETA anunció un alto el fuego permanente. Sin embargo, en diciembre de 2006, miembros de ETA perpetraron un atentado en el aeropuerto internacional de Madrid en el que murieron dos personas, y en junio de 2007 levantó oficialmente el alto el fuego. Aunque el aumento de los esfuerzos policiales y la detención de varios altos dirigentes de ETA en los años siguientes debilitaron a la organización, los atentados violentos continuaron. En julio de 2009 se produjeron atentados en la ciudad de Burgos y en la isla de Mallorca, menos de un mes antes del 50º aniversario de la fundación de ETA. Sin embargo, en 2010 la organización anunció que no llevaría a cabo «acciones armadas». El alto el fuego fue desestimado por el gobierno español, que pidió a ETA que renunciara a la violencia y se desarmara. En octubre de 2011 se celebró una conferencia para debatir el conflicto, y los asistentes, entre los que se encontraban el ex secretario general de la ONU Kofi Annan y el líder del Sinn Féin Gerry Adams, instaron a ETA a renunciar a la violencia y pidieron a Francia y España que iniciaran conversaciones. Poco después, ETA declaró el cese definitivo de sus actividades armadas, aunque prometió seguir buscando un Estado vasco independiente. En mayo de 2018 ETA anunció que se disolvía formalmente. La medida marcó el fin de medio siglo de violencia que se había cobrado la vida de más de 800 personas.