La oposición entre etnicidad y cultura es una cuestión de importancia para los estudiosos y los profesionales, y merece atención porque los dos conceptos se mezclan y confunden con frecuencia tanto en el discurso popular como en el académico, donde a menudo se utilizan indistintamente como marcadores de grupos sociales distintivos. Se ha argumentado que ambos términos han llegado a utilizarse con demasiada ligereza, como eufemismos de «raza». La cultura se presenta a menudo como una parte intrínseca de la etnicidad, uno de los rasgos que definen de forma exclusiva a un grupo étnico autodenominado. Sin embargo, una mayor atención muestra importantes distinciones entre estos conceptos, que debemos reconocer como construcciones culturales en sí mismas. Las diferencias entre etnia y cultura tienen importantes consecuencias prácticas en un mundo globalizado, en el que los Estados y las sociedades tienen que encontrar formas de vivir como comunidades cada vez más diversas. Tanto la etnia como la cultura plantean cuestiones sobre cómo definimos las fronteras entre grupos y entre subgrupos dentro de las culturas.