Hablemos de la demencia senil

Hablemos de la demencia senil

Escrito el 26/Feb/2018Por LaresCVEn Alzheimer y Demencias, Sujeciones

La demecia senil es una enfermedad muy compleja. Es muy importante que aprendas a identificarla, solicitar ayuda profesional y aprender a sobrellevarla. Te damos informaciones relevantes al respecto.

Conociendo más de la demencia senil

Está claro que no todas las personas van a presentar los mismos síntomas ni van a desarrollarlos de la misma forma. La causa más frecuente de este tipo de demencia suele ser la enfermedad de Alzheimer.

Fases de la demencia senil

Hay tres fases distintas, que identificarás en este cuadro.

La fase inicial es en la que el deterioro empieza a notarse en la persona. Sin embargo, sus familiares achacarán los síntomas a «la edad». Empiezan a aparecer problemas de memoria, olvidos, dificultad para llevar una conversación, cambios bruscos de humor y una cierta tendencia al aislamiento. La persona se comunicará sin ningún problema, pero empezará a hablar con frases más cortas y menos construidas.

En la fase moderada ya empiezan a acentuarse más los síntomas. Comenzará a desorientarse en el tiempo y el espacio. De hecho, comienza a fallarle la memoria más reciente, a pesar de que recuerda hechos muy lejanos. Continuará con cambios de humor muy expresivos y tendrá un cansancio continuado. El vocabulario empieza a ser más simple, al igual que comenzará a experimentar una lentitud, al andar con temblores.

En la última fase, la severa, es el momento en el que puede producirse la muerte. Aquí, identificarás una pérdida de memoria casi completa, tanto de la más reciente como de la memoria a largo plazo. La persona se muestra incapaz de reconocer a sus allegados y el comportamiento suele ser muy incoherente. Notarás que se expresa con balbuceos. Tiene incontinencia y no puede andar por sí misma o tragar alimentos.

Síntomas generales y tratamientos

La demencia senil es una enfermedad progresiva, es decir, los síntomas empeoran poco a poco con el tiempo. Como hemos descrito en las fases, los síntomas van a ser muy variados. Se define la enfermedad al encontrar cambios a nivel cognitivo y psicológico. La pérdida de memoria o dificultad para razonar van a ser síntomas muy destacables, junto a los cambios de personalidad, con depresión y paranoias.
Incluso debes saber que la persona puede experimentar alucinaciones visuales o creer cosas que no son reales. Puede haber cambios en el patrón del sueño y apetito.

Lamentablemente, esta enfermedad no tiene cura. Seguramente, conocerás equipos multidisciplinares que se encargan de llevar a cabo los tratamientos. Concretamente, en medicina, trabajarán conjuntamente el área de psiquiatría y neurología, para poder establecer un tratamiento biológico.
Tenemos que destacar que en el mercado hay cuatro fármacos utilizados para tratarla: donepecilo, galantamina, rivastigmina y memantina. Generalmente, se utilizan en las dos primeras fases.

Como en las fases iniciales suele haber depresión, se utilizan también antidepresivos. Los antipsicóticos también son indicados en casos excepcionales, aunque elevan el riesgo de fallecimiento.

Los psicólogos, los trabajadores sociales y el equipo de enfermería van a formar parte de este equipo multidisciplinar. Hemos de señalar que otras terapias no convencionales también pueden mejorar la conducta y ralentizar el desarrollo de la enfermedad, como la musicoterapia, naturopatía, fisioterapia, dietética y nutrición, etc.

Según la OMS, las demecia senil es una epidemia mundial desde 1985. El predominio en España es muy alto y llega al 6 % en los mayores de 65 años. Un 75 % de estas personas se encuentra en residencias de ancianos y un tercio de ellos está grave. Además, la incidencia es muy alta, ya que afectaría a tres de cada mil ancianos de entre 65 y 69 años. Sabiendo estos datos, debes informar a todos tus allegados para identificar cualquier síntoma posible.

La demencia es una de las causas más habituales para la utilización de sujeciones con personas mayores , sin embargo ya sabemos que no hay evidencias científicas que apoyen ese modelo de cuidados.

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