Hepatitis Crónica en Perros

Hepatitis Crónica: Síntomas, Diagnóstico y Tratamiento

La hepatitis crónica es un síndrome en los perros que puede ser resultado de muchos procesos de enfermedad diferentes. Significa que en algún momento ha habido inflamación en el hígado y posiblemente necrosis (muerte celular). La inflamación se debe a la infiltración del hígado con varios glóbulos blancos que son activos en el sistema inmunitario. La necrosis se refiere a la muerte de un gran número de células hepáticas.

La invasión de glóbulos blancos y la muerte celular pueden deberse a daños previos en el hígado por agentes infecciosos, como virus o bacterias, o como resultado de daños tóxicos. El daño tóxico puede ser causado por venenos ingeridos por el perro o por la acumulación anormal de sustancias necesarias para el organismo (el cobre es un ejemplo). Un ataque primario del sistema inmunitario contra las células del hígado también puede causar inflamación y muerte celular. Esta condición se conoce como enfermedad «autoinmune».

El cáncer puede provocar un daño hepático similar, pero si el cáncer se identifica en el hígado, no se utiliza el término hepatitis crónica.

Crónica vs. Aguda

«Crónica» significa que el proceso dañino ha estado en marcha durante algún tiempo, al menos un número de semanas. Por el contrario, la hepatitis «aguda» probablemente haya durado sólo unos días. Algunos casos de hepatitis aguda pueden curarse, pero muchas formas de hepatitis crónica no pueden curarse. Con un tratamiento y un seguimiento adecuados, muchos pacientes con hepatitis crónica pueden vivir con mínimos signos clínicos y una buena calidad de vida durante largos periodos de tiempo.

La hepatitis crónica puede ocurrir en cualquier raza de perro, macho o hembra, y a cualquier edad, aunque, la mayoría de los perros son de mediana edad o mayores. Algunas razas de perros están predispuestas a contraer ciertos tipos de hepatitis. Por ejemplo, algunas razas pueden desarrollar una hepatitis crónica como resultado de la acumulación de cobre en las células del hígado. La excesiva concentración de cobre daña las células del hígado y, si no se trata, con frecuencia da lugar a una hepatitis crónica grave.

Síntomas

Los signos clínicos asociados a esta enfermedad varían mucho como resultado de las múltiples funciones del hígado. Los signos más comunes pueden incluir:

  • Disminución leve o marcada del apetito
  • Alargo
  • Vómitos
  • Diarrea
  • Sed y micción excesivas
  • Vientre hinchado y lleno de líquido (ascitis)
  • Tono amarillo (ictericia) en la piel, orejas y encías.
    • Ocasionalmente, los perros muestran un comportamiento extraño o signos neurológicos, como letargo severo, depresión, agresividad, ceguera, quedarse en las esquinas, presionar la cabeza contra las paredes o rincones y, con poca frecuencia, pérdida de conciencia, convulsiones o coma.

      A veces se sospecha de una hepatitis crónica basándose en los paneles de salud de la sangre de rutina y se puede diagnosticar antes de que su perro desarrolle signos clínicos. Una vez que se observan los signos clínicos de la enfermedad hepática en los pacientes con hepatitis crónica, el proceso de la enfermedad suele estar en una fase muy avanzada (tardía), ya que el hígado tiene una considerable capacidad de reserva para enmascarar las primeras etapas de la enfermedad.

      Diagnóstico

      Los perros con hepatitis crónica avanzada pueden tener hígados pequeños e irregulares (nodulares). Algunos perros tendrán acumulación de líquido libre en el abdomen (ascitis).

      La biopsia de hígado es la única forma definitiva de diagnosticar la hepatitis crónica. Una biopsia puede realizarse quirúrgicamente, mediante laparoscopia, o a través de la piel utilizando una aguja especial bajo la guía de la ecografía. Lamentablemente, las biopsias guiadas por ecografía no son tan informativas como las quirúrgicas o laparoscópicas. La información obtenida de la biopsia es necesaria para determinar el tipo y la gravedad de la enfermedad hepática, así como para permitir una evaluación del pronóstico de su perro y esbozar las opciones de tratamiento adecuadas.

      En ciertas circunstancias, su veterinario puede recomendar la aspiración guiada por ecografía del hígado de su perro bajo una sedación suave como un procedimiento inicial menos invasivo antes de considerar pruebas más invasivas.

      La enfermedad hepática por hepatitis crónica puede sospecharse a partir de los análisis de sangre, los síntomas de su perro y un examen físico realizado por su veterinario.

      La confirmación de la disfunción hepática se determina con una variedad de análisis de sangre. Las técnicas de imagen como las radiografías (rayos X) y la ecografía abdominal también se utilizan comúnmente para evaluar el tamaño y el aspecto del hígado.

      Tratamiento

      El tratamiento de la hepatitis crónica es complejo y se determina por la gravedad y el tipo de proceso de la enfermedad en el hígado, así como los signos clínicos exhibidos por su perro. La hospitalización, la terapia de fluidos intravenosos y los cuidados de apoyo pueden ser necesarios en los casos graves.

      Los medicamentos inmunosupresores o antiinflamatorios son los más prescritos. En algunos pacientes pueden ser necesarias modificaciones en la dieta. También se utilizan medicamentos adicionales en casos específicos, como en perros cuya enfermedad está asociada a la acumulación de cobre, a la acumulación de líquido en el abdomen o en perros que muestran signos neurológicos.

      Desgraciadamente, a pesar del tratamiento, esta enfermedad no suele ser curable. Sin embargo, muchos perros pueden mantenerse relativamente libres de signos clínicos y tener una buena calidad de vida durante meses e incluso años con una terapia continuada. Será necesario realizar análisis de sangre regularmente para evaluar la respuesta de su perro a la terapia y para ajustar la medicación.

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