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We all have that one friend who absolutely loves the smell of petrol, or maybe, we are that friend. Regardless of which side of the spectrum you are on, don’t you ever wonder why some people love the smell of petrol while others are absolutely put off by it? Well, wonder no more because we’ve done the research for you! Here’s why some Malaysians love the smell of petrol:
1. It puts you in a state of intoxication similar to alcohol
Source: Angry Asian Man
Petroleum is made up of benzene and other hydrocarbons commonly found in everyday things like paint, certain glues, cleaning solutions, and more. Purposely taking a huge whiff of petrol will work like an anaesthetic and suppress the functions of the nervous system, leading to a state of euphoria – a state of intoxication similar to heavy alcohol consumption.
However, unlike alcohol, getting intoxicated by the smell of petrol can lead to severe cognitive, physical, and psychological impairment due to its ability to degenerate deep white matter and cerebellar structures. So don’t purposely go sniffing petrol, okay!
2. You could be pregnant or struggling with iron deficiency anaemia
Source: Cerita Keluarga Bahagia
Un estudio realizado por la Sociedad Americana de Hematología descubrió que algunos de sus pacientes que sufrían anemia por deficiencia de hierro (ADI), por alguna razón, desarrollaron un deseo compulsivo de ciertos olores, incluyendo el olor de la gasolina, así como el de los neumáticos de goma y los productos de limpieza.
Después de que los pacientes se curaron de la ADI, sin embargo, se encontró que ya no anhelaban estos olores. Por otro lado, en uno de los pacientes cuya ADI recayó, también volvió a aparecer el problema del deseo de estos olores específicos. Este mismo estudio también encontró la misma ocurrencia en mujeres embarazadas.
3. Podría deberse a un viejo recuerdo
Fuente: Harvard Health
La forma en que respondemos a diferentes olores suele depender de los recuerdos de nuestra infancia asociados a él y de cómo respondimos a ellos. Por ejemplo, si de niños nos permitían saltarnos la matrícula cada vez que llovía, habremos crecido asociando el olor de la lluvia con recuerdos agradables de quedarnos en casa y saltarnos las clases. El buen recuerdo asociado a este olor se convierte en una recompensa que hace que el estímulo original sea más atractivo.
De la misma manera, con el olor de la gasolina, se podría asociar a un grato recuerdo de hace mucho tiempo en el que el olor de la gasolina era evidente justo antes de un viaje por carretera súper divertido a la playa, por ejemplo. Si pasamos un par de años, es probable que sigamos asociando (sin saberlo) ese olor con ese divertido viaje por carretera a la playa, lo que hace que nos apetezca ese olor cada vez que estamos en la gasolinera. De hecho, nuestro lóbulo olfativo, que es el encargado de oler, es en realidad parte del sistema límbico que controla las emociones.
Ahora que sabes por qué tú (o ese amigo tuyo tan raro) encontráis el olor de la gasolina extrañamente satisfactorio, puedes compartir estos datos con tus amigos y demostrar que no eres tan raro 😛
Pero recuerda, oler gasolina no es un juego de niños. El benceno que se encuentra en la gasolina puede causar cáncer en la sangre y muchos otros problemas mortales dentro del cuerpo. Así que evita respirar profundamente en la gasolinera