Escrito por GreekBoston.com en Mitología griega
Teseo y el Minotauro
El rey Minos y el toro
La leyenda del Minotauro comienza realmente con el rey Minos, el rey minoico de la isla de Creta. Quería demostrar que era muy favorecido por todos los dioses griegos. Así que le pidió a Poseidón que le enviara un toro del mar. Sacrificaría el toro a los dioses para ganar su favor. Cuando Minos vio lo hermoso que era el toro, decidió quedárselo en su lugar.
Pasífae se enamora
Cuando Poseidón se enteró de que Minos no sacrificó el toro, se enfadó. Aunque se rumorea que Poseidón tiene mal genio, decidió vengarse sin usar la fuerza. Hizo que Pasífae, la reina de Creta y esposa de Minos, se enamorara del toro.
Deadalus – Hijo de Ícaro
Icaro, el hombre que voló demasiado cerca del hijo con sus alas artificiales, tuvo un hijo llamado Deadalus. Es conocido como un hábil artesano y su historia está estrechamente ligada a la del Minotauro. De hecho, gracias a él nació el primer Minotauro.
Contagiada por la lujuria, Pasífae le pidió ayuda haciéndole construir una vaca hueca para poder engañar al toro. Cuando la escultura de madera estuvo completa, ella se metió dentro. Cuando el toro se acopló a la «vaca», Pasífae quedó embarazada. Asterio, el primer minotauro, fue el hijo resultante de la lujuria de Pasífae por el toro. Por eso se representa a los minotauros con el cuerpo musculoso de un hombre y la cabeza de un toro.
El minotauro y el laberinto
Cuando el rey Minos se enteró de que Pasífae tenía un hijo del toro, se enfadó. Aunque fue obra suya porque disgustó a Poseidón, seguía enfadado porque su mujer le era infiel. Así que hizo que Deadalus construyera el legendario Laberinto. Desterró a Asterio a este complejo laberinto, que es donde vivió su vida.
Cada año, siete mujeres jóvenes y siete hombres jóvenes eran enviados al laberinto como sacrificio para el Minotauro. Básicamente, esta era su única fuente de alimento. Finalmente, Teseo llegó al final del laberinto con éxito y mató a Asterio.
Es interesante señalar que se han descubierto pruebas en las civilizaciones minoicas de Creta, especialmente en Cnosos, que sugieren que los toros en general jugaban un papel importante en la cultura. Por ejemplo, hay un fresco en Cnosos que representa a un toro gigante saltando. Este motivo también aparece en las esculturas descubiertas en las excavaciones. En general, el relato del primer minotauro, Asterio, muestra que los minoicos temían a la criatura y quizá también la tenían en gran estima.
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