La ictericia de los recién nacidos puede tratarse con luz solar filtrada, lo que supone una solución segura, barata y de baja tecnología para un problema de salud que actualmente causa daños cerebrales permanentes o la muerte de más de 150.000 bebés en los países en desarrollo cada año.
Esta es la conclusión de un nuevo estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford y sus colegas que se publicará el 17 de septiembre en The New England Journal of Medicine. En el estudio, llevado a cabo en Nigeria, algunas madres y bebés se sentaron bajo toldos al aire libre que filtraban las longitudes de onda dañinas de la luz solar, pero permitían que las longitudes de onda azules que tratan la ictericia llegaran a la piel de los bebés. El tratamiento con luz solar filtrada fue tan seguro y eficaz como las lámparas de luz azul utilizadas tradicionalmente para tratar la ictericia infantil, según el estudio.
«Esta investigación tiene el potencial de tener un impacto global», dijo el autor principal del estudio, el doctor David Stevenson, profesor Harold K. Faber de Pediatría y decano asociado principal de salud materno-infantil en Stanford. «Todos los bebés pueden tener ictericia. En entornos sin acceso a dispositivos modernos, hemos demostrado que podemos utilizar algo que está disponible en todo el planeta -la luz solar- para tratar esta peligrosa afección.» Stevenson también dirige el Centro Johnson de Servicios para el Embarazo y el Recién Nacido del Hospital Infantil Lucile Packard de Stanford.
La ictericia es extremadamente común en los recién nacidos, cuyos cuerpos necesitan unos días después del nacimiento para desarrollar las enzimas que permiten la excreción de la bilirrubina, un compuesto liberado durante la descomposición normal de los glóbulos rojos. Si se acumula demasiada bilirrubina en la sangre, la piel y los ojos adquieren el característico tono amarillo de la ictericia. Peor aún, los niveles elevados de bilirrubina pueden causar daños cerebrales duraderos o la muerte del bebé.
Filtrar los rayos ultravioleta e infrarrojos
La fototerapia con lámparas que emiten longitudes de onda azules ha sido el tratamiento más frecuente de la ictericia neonatal desde la década de 1960. Pero los hospitales y las clínicas de salud de los países en desarrollo suelen carecer de los fondos, la experiencia y la electricidad fiable necesarios para utilizar el equipo.
El equipo de investigación construyó y probó toldos al aire libre que utilizaban películas de plástico disponibles en el mercado para filtrar los rayos ultravioleta que causan quemaduras solares y los rayos infrarrojos que podrían hacer que los bebés se recalentaran. Las longitudes de onda azules que tratan la ictericia podían pasar a través de los filtros. El equipo utilizó diferentes toldos para días soleados y nublados.