La relación en mujeres entre el hirsutismo leve o el acné con los niveles de andrógenos no ha sido bien definida. Lo investigamos en 62 mujeres caucásicas, de entre 18 y 21 años, relacionando estos signos pilosebáceos con la testosterona libre (fT) en plasma, el principal determinante circulante de la androgenicidad en plasma. Las mujeres con hirsutismo leve (n = 13) tenían una fT significativamente elevada (12,7 +/- 5,5, SD, pg/mL ) en comparación con los controles normales (7,4 +/- 2,7 pg/mL ), al igual que los sujetos con acné leve (10,7 +/- 4,25 pg/mL ). El hallazgo más importante fue la sorprendente variabilidad en la relación entre la hiperactividad pilosebácea y los niveles de fT. En los sujetos ligeramente hirsutos, la fT plasmática era normal en la mitad de los sujetos, y el coeficiente de variación de la fT plasmática era aproximadamente el doble de lo que cabría esperar de la variabilidad individual. No pudimos demostrar correlaciones entre las variables de hirsutismo, acné y fT plasmática. Por otra parte, entre 15 mujeres con elevaciones modestas de los niveles de fT en plasma (hasta dos veces), el 27% tenía hirsutismo moderado, el 40% tenía hirsutismo leve y el 33% no tenía ninguno. Sin embargo, cuatro de cinco de estas últimas pacientes (sin hirsutismo) tenían acné. La relación de la fT con la gravedad del acné varió de forma similar. Para definir las interacciones entre los andrógenos y el aparato pilosebáceo, proponemos un modelo en el que la variación de la sensibilidad cutánea aparente y el nivel de andrógenos parecen contribuir por igual a la patogénesis del hirsutismo leve y del acné. El clínico debería sospechar que la hiperandrogenemia se encontrará en aproximadamente la mitad de las mujeres con casos leves de hirsutismo, y en un tercio con acné leve.