Cuando compre cosméticos o productos para el cuidado de la piel, verá con frecuencia etiquetas que dicen que los productos son «hipoalergénicos». Esto significa que es menos probable que causen reacciones alérgicas que otros cosméticos. También sugiere que estos productos serán más suaves o incluso más seguros para la piel.
Sin embargo, no hay ninguna normativa federal que regule el uso del término «hipoalergénico». Así que depende totalmente del fabricante etiquetar o no un producto de esta manera. Y no se necesita ninguna prueba de que un producto etiquetado de este modo provoque menos reacciones alérgicas.
Cuando el etiquetado de cosméticos «hipoalergénicos» se hizo popular por primera vez, la FDA intentó regular el uso del término. En 1975, la FDA promulgó una normativa que establecía que un cosmético podía llevar la etiqueta de «hipoalergénico» sólo si los estudios científicos realizados en seres humanos demostraban que causaba una tasa significativamente menor de reacciones cutáneas adversas que los productos similares que no hacían esta afirmación. Los fabricantes debían encargarse de realizar las pruebas requeridas. Pero esta norma fue declarada inválida por los tribunales estadounidenses, dejando a los fabricantes en libertad de aplicar el término a su antojo.
La hoja informativa de la Oficina de Cosméticos y Colores de la FDA señala que los ingredientes utilizados para fabricar productos cosméticos son básicamente los mismos en toda la industria. Hace décadas, a veces se utilizaban ingredientes agresivos, que a veces provocaban reacciones adversas en algunas personas. Pero estos ingredientes ya no se utilizan. Aun así, faltan estudios que demuestren que determinados productos o clases de productos provocan menos reacciones adversas.
La conclusión es que el término «hipoalergénico» tiene muy poco significado y se utiliza principalmente como herramienta de marketing. Es imposible garantizar que un cosmético o un producto para el cuidado de la piel nunca producirá una reacción alérgica. Dado que la FDA exige que los ingredientes de los cosméticos figuren en las etiquetas de los productos, los consumidores que hayan tenido reacciones alérgicas o problemas con una sustancia específica pueden evitar comprar productos que la contengan leyendo las etiquetas.