- Terapia hormonal. Es la opción de tratamiento más efectiva para aliviar los sofocos menopáusicos y prevenir la pérdida ósea. Sin embargo, no puede administrarse a la ligera. El profesional sanitario deberá estudiar el caso de cada mujer y, según su historial médico, decidir si pueden administrarse estrógenos en la dosis más baja y durante un periodo de tiempo corto.
- Estrógeno vaginal. Se puede administrar directamente en la vagina usando una crema vaginal, tableta o anillo liberando solo una pequeña cantidad de estrógeno, que es absorbido por los tejidos vaginales. Puede ayudar a aliviar la sequedad vaginal, la incomodidad en las relaciones sexuales y algunos síntomas urinarios.
- Antidepresivos en dosis bajas. Se ha visto que algunos fármacos utilizados para tratar la depresión, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) pueden disminuir los sofocos menopáusicos. De ahí que puedan ser útiles para las mujeres que no pueden tomar estrógenos por razones de salud o para aquellas que necesitan un antidepresivo para un trastorno del estado de ánimo, algo que puede ocurrir durante la menopausia.
- Gabapentina. Se trata de un fármaco aprobado para tratar las convulsiones, pero se ha demostrado también que ayuda a reducir los sofocos. Este medicamento es útil en mujeres que no pueden usar la terapia con estrógenos y en aquellas que padecen sofocos nocturnos.
- Clonidina. Es una píldora o parche que, generalmente, se usa para tratar la presión arterial alta y puede proporcionar cierto alivio de los sofocos.
- Medicamentos para prevenir o tratar la osteoporosis. Dependiendo de las necesidades individuales, los médicos pueden recomendarlos, ya que ayudan a reducir la pérdida ósea y el riesgo de fracturas.
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Remedios naturales en la menopausia
Además de los tratamientos médicos, hay remedios naturales que también funcionan cuando los síntomas son leves. Antes de tomarlos, consulta con tu ginecólogo, puesto que sean naturales no significa que sean inocuos. Todos ellos los puedes encontrar en tu farmacia:
- Remedios para los sofocos. Además de la soja, el trébol rojo, la salvia y el aceite esencial natural de ciprés son plantas que pueden ayudar a reducir los sofocos, uno de los síntomas más molestos de la menopausia.
- Ansiedad e insomnio. La pasiflora, la valeriana o el espino blanco pueden ayudarte a relajarte y a sentirte menos estreseada. Si tienes el ánimo bajo, puedes recurrir al hipérico o hierba de San Juan. Pero habla antes con tu médico, puesto que esta planta puede interactuar con otros medicamentos, por ejemplo, con los antidepresivos.
- Para bajar el colesterol y los triglicéridos. Aunque no hacen milagros, dentro de una dieta sana y si haces ejercicio, remedios como la onagra, el ajo, la borraja, el arroz rojo o la linaza te pueden ayudar a mantener a raya los niveles de colesterol y trigilicéridos, que suelen aumentar en esta etapa de la vida.
- Falta de deseo sexual. Se trata de otro de los síntomas asociados a la menopausia y que a muchas mujeres les preocupa. Existen remedios que pueden ayudar. Es el caso de la maca andina o la damiana.
- Sequedad vaginal. También se trata de un síntoma muy molesto y que puede afectar a otros aspectos de la vida de la mujer, como a sus relaciones con la pareja. En este sentido, existen geles y comprimidos sin hormonas que pueden ayudar a mejorar la lubricación, así como el deseo sexual. Es el caso de la gama de productos Libicare, de Procare Health.
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Dieta y ejercicio: los otros ‘tratamientos’ básicos en la menopausia
A pesar de que los tratamientos pueden ayudar a paliar los síntomas más comunes, si queremos prevenir otras dolencias en el futuro tenemos varios frentes en los que atacar: la dieta y el ejercicio. Son básicos durante toda la vida pero en la menopausia adquiren mucha importancia para evitar problemas en el futuro.
Dieta. La clave es que sea variada (dieta mediterránea) y equilibrada. Según la doctora Orleidis Lozada es importante incluir una variedad de frutas, verduras, granos integrales, productos ricos en calcio y vitamina D, alimentos ricos en proteínas y en fitoestrógenos. Todos ellos pueden ayudar a prevenir la pérdida ósea, e incluso a perder peso. También es importante incluir alimentos ricos en omega 3, como el pescado azul, puesto que ayuda a prevenir problemas cardiovasculares. Hay que evitar las ‘calorías vacías’ como las del azúcar, así como los carbohidratos refinados o los alimentos procesados, etc.
Agua. Se recomiendan entre seis y ocho vasos de agua al día. Además de aliviar la sensación de hambre, contribuyen a disminuir la hinchazón que producen los cambios hormonales, así como mejorarán la hidratación de la piel, que se vuelve más seca y menos elástica en la menopausia.
Ejercicio. Cualquier ejercicio, siempre que se adapte a nuestra condición física, es bueno. Sin embargo, debido a que la caída brusca de los estrógenos produce también mayor debilidad ósea y articular, las actividades de bajo impacto serán más beneficiosas. Por ejemplo, caminar a buen ritmo o los deportes acuáticos.
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