Destructor de tanques
Tripulación: 5
Armamento principal: Cañón M1A2 de 76 mm AT
Otro armamento: Ametralladora .50
Caballos de fuerza: 340
Velocidad: 60 mph (92 km/h)
Peso: 19,5 toneladas
Longitud: 21’11» (6,68 m)
Ancho: 9’5″ (2,87 m)
Altura: 9’5″ (2.57 m)
El M18 Hellcat fue el único destructor de tanques construido a propósito y representó el epítome de la doctrina de los destructores de tanques antes de ser eliminado al final de la Segunda Guerra Mundial. Su blindaje ultrafino -de no más de 2,54 cm de grosor- y su potente motor lo convirtieron en el vehículo blindado de combate sobre orugas más rápido de la guerra. Aunque su cañón de 76 mm no era lo suficientemente potente como para perforar un Tiger o un Panther alemán de frente, su agilidad permitía al Hellcat flanquear los tanques enemigos, disparar a los lados y a la parte trasera más vulnerables, y salir a toda velocidad antes de que la torreta del enemigo pudiera siquiera atravesar para contraatacar.
¿Sabías que?
Aunque el Hellcat entró por primera vez en la guerra en Anzio, Italia, en mayo de 1944, su primer combate importante en el que actuó en su función prevista no fue hasta el 19 de septiembre de 1944. Para detener el avance de Patton encabezado por la 4ª División Blindada, Hitler ordenó una contraofensiva panzer. El primer contacto se produjo en medio de una espesa niebla, cuando el teniente Edwin Leiper vio la boca de un cañón de tanque alemán a sólo 9 metros de distancia. La escaramuza de aseguramiento se saldó con 7 pérdidas de Panzer, pero 3 de los 4 M18 fueron derribados. La Compañía C del 704º fue a defenderse del continuo avance, y al levantarse la niebla, reveló a las tres compañías 30 tanques alemanes y la infantería de apoyo. La agilidad del Hellcat jugó a su favor, ya que en el momento en que un Panther comenzó a avanzar hacia una compañía, se expuso a las otras dos. Al final de la batalla, las compañías fueron acreditadas con la muerte de 39 panzers, con sólo 4 M18s destruidos y 3 dañados.
Este Hellcat luce su propia cicatriz de batalla bajo su hocico en forma de abolladura de una bala.