New evidence that the self is a mental construct

X

Privacy & Cookies

This site uses cookies. By continuing, you agree to their use. Learn more, including how to control cookies.

Got It!

Advertisements

What does it say about the reality of the outside world if we can be fooled even about the state and composition of parts of our own bodies? ¿Y qué dice de la realidad de nuestro sentido del yo si no podemos confiar en nuestros sentidos ni siquiera cuando nos informan de los estados aparentes de nuestro cuerpo?

Una prueba más de que el mundo, incluidos nosotros, es una construcción, una representación mental de un mundo «ahí fuera» no experimentado, aparece en los informes de un nuevo estudio que engaña a los sujetos haciéndoles creer que tienen un miembro fantasma.

Lo que hace que este engaño sea especialmente notable es que los sujetos del estudio no eran amputados. Se engañó a sujetos de cuerpo entero para que ignoraran sus miembros reales e interactuaran con sus inexistentes miembros no existentes. En el artículo «Los científicos crean miembros fantasma en personas no amputadas», publicado el 11 de abril por Science Daily, los investigadores ocultaron primero el brazo derecho real de cada sujeto detrás de una pantalla. A continuación, los probadores estimularon la mano oculta con un cepillo de plumas, mientras repetían la misma acción en el «espacio en blanco» visible donde habría estado la mano fantasma. Al cabo de poco tiempo, los sujetos «sustituyeron» las manos inexistentes por sus manos reales ocultas, experimentando sensaciones de miembro fantasma. Cuando los sujetos cerraban los ojos y se les pedía que apuntaran con su mano izquierda a su brazo derecho, mientras la ilusión estaba vigente señalaban sistemáticamente al aire vacío donde habría estado un brazo derecho fantasma.

Una cosa es que un amputado experimente dolor fantasma. La explicación más sencilla es que los nervios del muñón siguen enviando señales que antes procedían del miembro amputado. Pero, ¿cómo explicar este resultado?

Una explicación que tiene sentido es que no experimentamos las sensaciones reales que provienen de los nervios unidos a nuestras extremidades. Más bien, utilizamos esas sensaciones para construir una imagen mental del estado de nuestro cuerpo. Y cuando las sensaciones entrantes son trucos visuales, nuestros cerebros construyen imágenes falsas.

Hace tiempo que algunos sostienen que vivimos completamente dentro de nuestras cabezas, que no tenemos ninguna conexión directa con el mundo exterior. No sólo vivimos con construcciones, sino que otras investigaciones demuestran que las representaciones que creamos se sitúan en un pasado muy cercano. Si no, ¿cómo podríamos experimentar que alguien habla y mueve los labios al mismo tiempo, cuando la luz viaja unas 881.000 veces más rápido que el sonido?

La noción de que lo que experimentamos como realidad, incluso la realidad de nuestros propios cuerpos, no es mucho más que un mapa mental retrasado en el tiempo es un gran desafío para aquellos científicos y filósofos que defienden que nuestra conciencia está «incrustada», una parte del mundo material y exterior.

Después de todo, si podemos experimentar sensaciones falsas en partes del cuerpo falsas, ¿hasta qué punto estamos atados a algo que podamos llamar realmente «realidad»?

Publicidad

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *