Los informes disponibles sobre la presentación, el diagnóstico y el manejo de los pólipos endocervicales en el embarazo son muy limitados. Sólo hemos encontrado cuatro referencias a los pólipos cervicales o endocervicales y el embarazo en la literatura en inglés y una información limitada en los libros de texto de obstetricia estándar1-4.
Informamos de los hallazgos en una primigrávida de 28 años que se presentó a las 21 semanas de gestación con una historia de sangrado vaginal recurrente. La placenta era anterior y estaba bien despejada del orificio cervical interno. La paciente informó de una hemorragia importante tras una exploración transvaginal a las 19 semanas de gestación para evaluar las estructuras craneales del feto. Se realizó una ecografía transvaginal para excluir la vasa previa, que era difícil de excluir abdominalmente debido al hábito materno. No pudimos encontrar ningún vaso anormal en las membranas, pero vimos el vaso de alimentación de un pólipo endocervical cuando se aplicó la ecografía Doppler en color (Figura 1). En un examen más detallado fue posible ver el pólipo, que medía 39 × 10 × 7 mm, dentro del canal cervical (Figura 2). La longitud del cuello uterino (3,4 cm) estaba dentro del rango normal para la gestación y no proporcionaba ninguna pista sobre la patología subyacente. Un examen posterior con espéculo confirmó la presencia de un pólipo endocervical (Figura 3).
Cervical polyps can be misdiagnosed in early pregnancy when significant bleeding can lead to the diagnosis of an inevitable miscarriage4. They can also grow significantly in pregnancy, and have been found to increase massively intrapartum1. Bleeding in the postpartum period can also be a problem because polyps can be quite vascular. The other important consideration with polyps is their malignant potential. Israel reported a 1.7% incidence of neoplastic changes in cervical polyps5. Golan et al. publicaron una serie retrospectiva de 362 pacientes ingresadas para una polipectomía cervical6. No encontraron cambios malignos en el grupo asintomático, pero el 5% del grupo sintomático tenía pólipos precancerosos o cancerosos (seis casos de hiperplasia atípica y dos casos de carcinoma endometrial). Por lo tanto, debe obtenerse la histología de estos pólipos.
No existen directrices de manejo disponibles para el embarazo. Algunas fuentes electrónicas sugieren la extirpación de los pólipos durante el embarazo, mientras que la mayoría de los obstetras experimentados optarían por el tratamiento expectante para evitar el problema de las hemorragias abundantes7. Se ha informado del uso de la criocirugía en el embarazo y parece segura8.
Recomendamos que se utilice la ecografía Doppler en color en pacientes con hemorragias recurrentes inexplicables para excluir las causas más raras de hemorragia en el embarazo, incluyendo la vasa previa y los pólipos endocervicales.