A Patient’s Guide to Claw Toes and Hammertoes
Introduction
Claw toe and hammertoe conditions are fairly common in cultures that wear shoes. In most cases, these problems can be traced directly to ill-fitting shoes.
This guide will help you understand
- how claw toe and hammertoe conditions develop
- how the conditions cause problems
- what treatment options are available
Anatomy
What part of the toe is affected?
The forefoot and toes are made up of several bones. Each of the four smaller toes starts with a metatarsal bone within the forefoot. Moving down the foot from the metatarsal bone are three smaller bones, called phalanges. The first of these small bones is called the proximal phalanx. (Proximal significa más cerca.) A continuación viene la falange media y, por último, la falange distal. (Distal significa más lejos.)
Los huesos de los dedos del pie se conectan para formar las articulaciones de los dedos. La articulación metatarsofalángica (o articulación MTP) es la primera articulación que conecta el dedo con el pie. La bola del pie está formada por las articulaciones MTP. La segunda articulación es la interfalángica proximal (o articulación PIP), y la última es la interfalángica distal (o articulación DIP). Cada articulación está rodeada por una cápsula articular formada por ligamentos que mantienen unidos los huesos. A lo largo de la parte inferior de cada dedo del pie discurren dos tendones que nos permiten curvar los dedos, y un tendón discurre por la parte superior que levanta el dedo.
En una deformidad del dedo en martillo, la primera articulación (MTP) se ladea hacia arriba, y la articulación media (PIP) se dobla hacia abajo. Una deformidad del dedo en garra tiene la articulación MTP ladeada hacia arriba, y tanto la articulación media (PIP) como la pequeña articulación del extremo del dedo (la DIP) están curvadas hacia abajo como una garra.
Documento relacionado: Guía del paciente sobre la anatomía del pie
Causas
¿Por qué tengo este problema?
Ambos problemas pueden ser el resultado de llevar un zapato demasiado corto. En muchas personas, el segundo dedo del pie es en realidad más largo que el dedo gordo, y si los zapatos son del tamaño del dedo gordo, el segundo y tal vez incluso el tercer dedo tendrán que doblarse para encajar en el zapato. Los zapatos de punta empeoran aún más las cosas. Si se combinan los zapatos puntiagudos con los tacones altos, el pie es constantemente empujado cuesta abajo contra una pared con los dedos aplastados como un acordeón.
Un dedo en martillo en el segundo dedo también es común en las personas que tienen un juanete en el dedo gordo. El dedo gordo se inclina demasiado hacia el centro del pie, y el segundo dedo puede acabar con una deformidad en forma de dedo de martillo.
Documento relacionado: Guía del paciente sobre los juanetes
Los dedos en garra son comunes en personas con arcos altos. Y pueden provenir de un desequilibrio muscular en el que los músculos más profundos (intrínsecos) de los dedos son más débiles que los músculos superficiales (extrínsecos) de los dedos. Este tipo de desequilibrio muscular puede producirse por problemas nerviosos más graves.
Síntomas
¿Cómo se siente la afección?
Con el tiempo, los dedos de los pies que están aplastados día tras día se fijan en esa posición y no se enderezan. Cuando esto ocurre, la presión se acumula en tres lugares:
- en el extremo del dedo
- sobre la articulación PIP
- debajo de la articulación MTP
Se desarrollan callos dolorosos como resultado de la presión del zapato.
Diagnóstico
¿Cómo identifican los médicos la afección?
El diagnóstico de estas dos afecciones suele ser evidente a partir del examen físico. En algunos casos, es importante comprobar que no hay otros problemas nerviosos que sean los culpables de la afección, sobre todo cuando hay dedos en garra. Pueden ser necesarias otras pruebas especiales.
Tratamiento
¿Qué se puede hacer para el problema?
Tratamiento no quirúrgico
El tratamiento depende de lo avanzado que esté el proceso. Al principio, el simple hecho de cambiar a unos zapatos que se ajusten correctamente puede detener la deformidad y devolver los dedos a un estado más normal. Si la condición está más avanzada y los dedos no se enderezan completamente por sí mismos, puede existir una contractura. Una contractura se produce cuando el tejido cicatrizado tensa una articulación e impide que se mueva a través de su rango normal de movimiento.
Los puntos de presión y los callos causados por una contractura pueden tratarse cambiando a zapatos que tengan más espacio en el dedo o colocando almohadillas sobre los callos para aliviar la presión.
Cirugía
Si todo lo demás falla, se puede sugerir la cirugía para corregir la alineación del dedo. El principal tipo de procedimiento que se realiza para estas condiciones se conoce como artroplastia. La artroplastia es la reconstrucción o sustitución de una articulación.
Para la deformidad del dedo en martillo, se puede sugerir una artroplastia de la articulación DIP. Este procedimiento se realiza a través de una pequeña incisión en la parte superior del dedo sobre la articulación DIP. Una vez que se entra en la articulación, se realiza una artroplastia retirando un lado de la articulación. Esto libera la tensión de los ligamentos y tendones alrededor de la articulación y permite realinear el dedo en la posición adecuada. Una vez que el dedo está en la posición adecuada, se sujeta con suturas (puntos) o un pasador metálico mientras se cura.
Artroplastia de la articulación PIP
Uno de los procedimientos más comunes para corregir la deformidad del dedo en garra es una artroplastia de la articulación PIP. En este procedimiento se realiza una incisión sobre la articulación. Una vez que el cirujano puede ver la articulación, se retira el extremo de la falange proximal para acortar el dedo y relajar la contracción alrededor de la articulación. A continuación, el dedo se sujeta con clavijas metálicas o con suturas en la posición recta hasta que se cure.
A medida que la articulación se cura, se forma un tejido cicatrizal que conecta los dos huesos entre sí y sustituye la zona donde antes estaba la articulación. Los cirujanos se refieren a esto como una falsa articulación (o pseudoarticulación) porque el tejido cicatrizal permite que se produzca un poco de movimiento entre los dos huesos a la vez que evita que se rocen y provoquen dolor.
Si la garrapata es un problema, es posible que también haya que liberar la articulación MTP para aliviar la contracción de esta articulación y permitir que la falange proximal llegue a la posición correcta. Este procedimiento se realiza haciendo una incisión en la parte superior del dedo sobre la articulación MTP. A continuación, el cirujano libera los ligamentos y tendones tensos hasta que el dedo vuelve a alinearse con facilidad. El dedo puede mantenerse en la alineación correcta con un pasador metálico hasta que los tejidos blandos se curen. El clavo puede permanecer en su lugar durante tres o cuatro semanas.
Rehabilitación
¿Qué debo esperar después del tratamiento?
Rehabilitación no quirúrgica
Los pacientes con deformidades del dedo en martillo o en garra pueden beneficiarse de cuatro a seis tratamientos de fisioterapia. El terapeuta puede diseñar un par de plantillas o plantillas ortopédicas para corregir los problemas asociados, como los arcos altos. Se pueden recomendar zapatos con mayor profundidad en la parte delantera del pie. La profundidad añadida da espacio a los dedos para que las zonas óseas no rocen dentro de los zapatos. Los terapeutas aplican pequeñas almohadillas sobre las zonas callosas o irritadas de los dedos.
Se pueden diseñar una serie de ejercicios de estiramiento y fortalecimiento para mejorar el equilibrio muscular entre los músculos profundos (intrínsecos) de los dedos y los superficiales (extrínsecos) del dedo.
Después de la cirugía
Los pacientes suelen llevar un zapato postoperatorio. Este zapato tiene una suela rígida de madera que protege los dedos impidiendo que el pie se doble. Los clavos suelen retirarse una vez que el hueso empieza a curarse (normalmente entre dos y cuatro semanas).
Es probable que lleve un vendaje o apósito durante una semana después de la intervención. Los puntos de sutura se retiran generalmente en 10 a 14 días. Sin embargo, si su cirujano optó por utilizar suturas que se disuelven, no necesitará que le quiten los puntos.