Los pies planos también pueden desarrollarse en la edad adulta («pie plano adquirido en la edad adulta») debido a una lesión, enfermedad, tensión inusual o prolongada en el pie, biomecánica defectuosa o como parte del proceso normal de envejecimiento. Es más frecuente en mujeres de más de 40 años. Los factores de riesgo conocidos son la obesidad, la hipertensión y la diabetes. Los pies planos también pueden aparecer en mujeres embarazadas como resultado de cambios temporales, debido al aumento de la elastina (elasticidad) durante el embarazo. Sin embargo, si se desarrollan en la edad adulta, los pies planos generalmente permanecen planos de forma permanente.
PatofisiologíaEditar
Las investigaciones han demostrado que las muestras de tendones de las personas que padecen pies planos adquiridos en la edad adulta muestran evidencias de una mayor actividad de las enzimas proteolíticas. Estas enzimas pueden descomponer los componentes de los tendones implicados y provocar la caída del arco del pie. En el futuro, estas enzimas pueden convertirse en objetivos para nuevas terapias farmacológicas.
Diagnóstico
Muchos profesionales médicos pueden diagnosticar un pie plano examinando al paciente de pie o simplemente mirándolo. Al subir a la punta del pie la deformidad se corregirá cuando se trate de un pie plano flexible en un niño con articulaciones laxas. Dicha corrección no se observa en los adultos con un pie plano rígido.
Un diagnóstico casero fácil y tradicional es la prueba de la «huella húmeda», que se realiza mojando los pies en agua y luego poniéndose de pie sobre una superficie lisa y nivelada, como hormigón liso o cartón fino o papel grueso. Por lo general, cuanto más contacto tenga la planta del pie (deja una huella), más plano será el pie. En los casos más extremos, conocidos como pie plano acodado, todo el borde interno de la huella puede sobresalir hacia fuera, mientras que en un arco normal a alto esta parte de la planta del pie no hace contacto con el suelo en absoluto.
En la radiografía simple, los pies planos pueden diagnosticarse y clasificarse mediante varias medidas, siendo las más importantes en los adultos el ángulo de cobertura talonavicular, la inclinación del calcáneo y el ángulo talar-1er metatarsiano (ángulo de Meary). El ángulo de cobertura talonavicular está anormalmente girado lateralmente en los pies planos. Normalmente tiene una rotación lateral de hasta 7 grados, por lo que una rotación mayor indica pies planos. Por lo general, las radiografías deben realizarse en pies que soportan peso para detectar la desalineación.
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Radiografía de proyección dorsoplantar del pie que muestra la medición del ángulo de cobertura talonavicular.
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Weight-bearing lateral X-ray showing the measurement of calcaneal pitch, which is an angle of the calcaneus and the inferior aspect of the foot, with different sources giving different reference points. A calcaneal pitch of less than 17° or 18° indicates flat feet.
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Same lateral X-ray showing the measurement of Meary’s angle, which is the angle between the long axis of the talus and first metatarsal bone. An angle greater than 4° convex downward is considered a flat foot, 15° – 30° moderate flat foot, and greater than 30° severe flat foot.
TreatmentEdit
Most flexible flat feet are asymptomatic, and do not cause pain. In these cases, there is usually no cause for concern. Flat feet were formerly a physical-health reason for service-rejection in many militaries. Sin embargo, tres estudios militares sobre adultos asintomáticos (véase la sección siguiente), sugieren que las personas con pies planos asintomáticos son al menos tan tolerantes a la tensión del pie como la población con diversos grados de arco.
En un estudio realizado para analizar la activación del músculo tibial posterior en adultos con pie plano, se observó que el tendón de este músculo puede ser disfuncional y provocar síntomas incapacitantes de soporte de peso asociados a la deformidad adquirida del pie plano. Los resultados del estudio indicaron que, mientras estaban descalzos, los sujetos activaban otros músculos de la parte inferior de la pierna para completar un ejercicio que resistía la aducción del pie. Sin embargo, cuando los mismos sujetos realizaban el ejercicio mientras llevaban plantillas ortopédicas y zapatos, el tibial posterior se activaba selectivamente. Tales descubrimientos sugieren que el uso de zapatos con plantillas ortopédicas de soporte del arco que se ajusten correctamente mejorará la activación selectiva del músculo tibial posterior, actuando así como un tratamiento adecuado para los síntomas indeseables del pie plano.
El pie plano rígido, una condición en la que la planta del pie está rígidamente plana incluso cuando una persona no está de pie, a menudo indica un problema significativo en los huesos de los pies afectados, y puede causar dolor en aproximadamente una cuarta parte de los afectados. Otras afecciones relacionadas con el pie plano, como las diversas formas de coalición tarsal (dos o más huesos del mediopié o del retropié unidos de forma anormal) o un navicular accesorio (hueso adicional en la cara interna del pie) deben tratarse con prontitud, normalmente en los primeros años de la adolescencia, antes de que la estructura ósea del niño se consolide de forma permanente cuando sea un adulto joven. Tanto la coalición tarsal como el navicular accesorio pueden confirmarse mediante una radiografía. La artritis reumatoide puede destruir los tendones del pie (o de ambos pies), lo que puede provocar esta afección, y si no se trata puede dar lugar a una deformidad y a la aparición temprana de artrosis en la articulación. Esta afección puede causar un dolor intenso y una reducción considerable de la capacidad para caminar, incluso con ortesis. Normalmente se recomienda la fusión del tobillo.
El tratamiento de los pies planos también puede ser adecuado si hay dolor asociado en el pie o en la parte inferior de la pierna, o si la afección afecta a las rodillas o a la parte inferior de la espalda. El tratamiento puede incluir gimnasia del pie u otros ejercicios recomendados por un podólogo o fisioterapeuta. En los casos de pies planos graves, las ortesis deben utilizarse mediante un proceso gradual para disminuir las molestias. A lo largo de varias semanas, se añade un poco más de material a la órtesis para elevar el arco. Estos pequeños cambios permiten que la estructura del pie se ajuste gradualmente, además de dar tiempo al paciente para que se aclimate a la sensación de llevar ortesis. En algunos casos, la cirugía puede proporcionar un alivio duradero, e incluso crear un arco donde antes no existía; debe considerarse un último recurso, ya que suele ser muy larga y costosa. También existe una intervención quirúrgica mínimamente invasiva con un pequeño implante. El implante se inserta en el seno del tarso y evita que el calcáneo y el astrágalo se deslicen entre sí. Esto evita que el seno del tarso se colapse y, por lo tanto, impide que se produzca el síntoma externo del arco caído.