Si los retos de la rendición de cuentas en la empresa son reales, también lo son sus beneficios. Y aunque construir una cultura de rendición de cuentas puede ser complejo, es necesario y alcanzable.
Construye la confianza
Cuando haces que todos los empleados sean responsables de hacer lo que se supone que tienen que hacer, genera confianza entre los individuos y los equipos. Permite que la gente cuente con los demás, ya sea que eso signifique cumplir con los plazos, cumplir con los deberes o sentirse lo suficientemente cómodo como para acercarse a un compañero de trabajo o a un gerente para pedir ayuda.
Aunque puede ser difícil para los empleados pedir ayuda, fomentar este espacio seguro para buscar consejo construye la independencia y la confianza, ambas cosas fortalecen a los equipos. Por otro lado, los directivos deben liderar con transparencia, comunicarse abiertamente y tratar a los empleados de forma justa con la orientación de políticas y normas que se aplican a todos. Esto también crea un entorno de confianza.
Mejora del rendimiento
Fomentar una cultura de responsabilidad aumenta la eficiencia e impulsa la productividad. ¿Cómo? Cuando los empleados saben quién es responsable de qué, se elimina la confusión y se ahorra tiempo, lo que permite a los individuos cumplir con expectativas claramente definidas.
Pero tener responsabilidades claras por sí solo no es suficiente, aconseja Bashay de nuevo en HR Magazine. «Tener mecanismos de retroalimentación y evaluación específicos y procesables es clave para medir el éxito de las personas en los roles. También hay que tener una forma de evaluar el rendimiento»
Asociar la responsabilidad al rendimiento también significa prestar atención de forma proactiva tanto al proceso como a los resultados, corrigiendo los esfuerzos inferiores y recompensando el rendimiento excelente.
Cuando los empleados entregan un trabajo deficiente o no cumplen las expectativas, hágalos responsables, edúquelos sobre las expectativas y ayúdelos a mejorar. Es igual de importante reconocer y recompensar a los empleados que siguen las directrices, actúan de forma adecuada y cumplen o superan las expectativas.
Como señala el artículo de Forbes, «unas expectativas claras para todos los miembros del equipo junto con la comprensión de la responsabilidad por su rendimiento son los ingredientes clave para mejorar la confianza, la moral y la producción dentro del equipo».
Ayuda a considerar la responsabilidad de los empleados como dos caras de la misma moneda. Se necesita a todos para lograr la responsabilidad organizativa y también pertenece a todos en la organización. Esta mentalidad de responsabilidad impulsa el rendimiento a nivel individual, de equipo y de organización.