Una de las cosas que suelen preocupar más a los padres es la aparición de los sarpullidos, unas erupciones pasajeras que pueden provocar que la piel del más pequeño se inflame y adquiera un color rojizo. Cuando aparecen es inevitable que los padres se pregunten si son peligros y a qué se deben.
Tal y como señala el pediatra Iván Abreu Yanes, autor de la web Mi pediatra en casa y del libro dirigido a los padres primerizos Llegando a casa, los sarpullidos son diferentes según la edad del niño. «En el primer mes de vida es muy frecuente la pustulosis neonatal o acné neonatal. Como su nombre indica, este sarpullido se parece mucho al acné de la adolescencia y suele producirse por el paso de hormonas maternas al niño», explica. «En los primeros días de vida es habitual ver el exantema toxoalérgico del recién nacido. A pesar de lo llamativo del nombre es una erupción cuya apariencia es similar a las picaduras del mosquito y cursa en brotes que aparecen y desaparecen».
Además de estos dos tipos de sarpullido, otros bastantes frecuentes en el primer año de vida son las erupciones de dermatitis atópica, que provocan que la piel se deshidrate e irrite causando mucho picor y malestar en el bebé principalmente en las mejillas, detrás de las orejas, en los pliegues del cuello, la parte de atrás de la rodilla y el codo. Otro habitual es la dermatitis seborreica, que es el nombre que se le da a la dermatitis atópica cuando se produce en áreas con muchas glándulas sebáceas, como las cejas, la nariz o el cuero cabelludo. Si aparece en este último recibe el nombre de costra láctea.
En la foto de la izquierda un bebé con pustulosis neonatal; a la derecha un bebé con exantema toxoalérgico.
¿Y pueden aparecer por el calor?
El calor afecta a todos, incluidos los bebés. Una de las consecuencias que tiene en los recién nacidos es la aparición del sarpullido más frecuente denominado sudamina o miliaria rubra, que según Abreu Consiste en la aparición de un punteado rojizo debido a la obstrucción de las glándulas que producen el sudor. Lo encontramos en las zonas que más sudor producen: la cabeza, la cara, el tronco y la zona del pañal. «No suele picar ni molestar al bebé y es más frecuente en épocas calurosas como la primavera y el verano», añade el experto.
Pero, ¿qué pueden hacer los padres para conseguir que desaparezca la sudamina? El autor de Mi pediatra en casa insiste en que el primer paso que tienen que dar es evitar el sobreabrigamiento de los niños, ya que cuanto más suden, mayor es la probabilidad de que se obstruyan las glándulas.
«La ropa del bebé debe ser de tejidos naturales, como el algodón, que permiten que la piel transpire; además, debemos evitar poner mucha ropa a los bebés, sobre todo en época calurosa. La forma de saber cuál es la cantidad de ropa adecuada no es otra sino observar a nuestro bebé: si suda demasiado, debemos quitarle ropa», apostilla.
El uso rutinario de cremas hidratantes no está recomendado, al igual que los polvos de talco, ya que cuanta más cantidad de crema pongamos en la piel, menos transpira, tal y como especifica el especialista.
Respecto a la temperatura que hay que tener en casa, Abreu recomienda que esté en torno a los 24 grados. «Se puede usar aire acondicionado, siempre evitando la exposición directa del bebé al mismo», añade.
El tiempo que tarda en desaparecer un sarpullido que surge debido a las altas temperaturas es variable y está condicionado a que persistan los motivos que provocan que el niño sude.
«Siempre que salga un sarpullido debemos observar a nuestro bebé. Si se acompaña de fiebre o irritabilidad manifiesta (llanto continuo) siempre debemos con nuestro pediatra. Si, por el contario, observamos el sarpullido y el niño está feliz, come estupendamente y no hay cambios en su comportamiento habitual podemos vigilarlo en casa. Si ha sudado mucho debemos tomar las medidas mencionadas anteriormente y en unos pocos días el problema se habrá solucionado», concluye.
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