Portrait of Baldassare Castiglione

Portrait of Baldassare Castiglione is a c. 1514–1515 oil painting attributed to the Italian High Renaissance painter Raphael. Considered one of the great portraits of the Renaissance, it has an enduring influence. It depicts Raphael’s friend, the diplomat and humanist Baldassare Castiglione, who is considered a quintessential example of the High Renaissance gentleman.

Portrait of Baldassare Castiglione

Baldassare Castiglione, by Raffaello Sanzio, from C2RMF retouched.jpg

Artist

Raphael

Year

c. 1514–1515

Medium

Oil on canvas

Dimensions

82 cm × 67 cm (32 in × 26 in)

Location

Louvre, París

Accesión

INV 611

El retrato fue realizado como resultado de la amistad de Rafael con Castiglione, cuyo ascenso en los círculos cortesanos fue paralelo al del artista. Eran muy amigos en 1504, cuando Castiglione realizó su segunda visita a Urbino, mientras Rafael ganaba reconocimiento como artista en el círculo humanista de la corte ducal de la ciudad. En 1505, Guidobaldo da Montefeltro le encargó un cuadro para Enrique VII; Castiglione viajó a Inglaterra para presentar el cuadro terminado al rey. Es posible que Castiglione sirviera más tarde como «asesor académico» para La escuela de Atenas de Rafael, y que la representación de Zoroastro en ese fresco pueda ser un retrato del cortesano.

El retrato de Baldassare Castiglione puede haber tenido un propósito práctico e íntimo. Castiglione dejó a su familia cuando se fue a Roma, y escribió un poema en el que imaginaba a su mujer y a su hijo consolándose con el cuadro durante su ausencia.

La composición es piramidal. Es uno de los dos únicos cuadros de Rafael sobre lienzo (antes se consideraba que estaba pintado originalmente sobre un panel de madera, y que posteriormente se transfirió al lienzo). Las copias realizadas en el siglo XVII muestran las manos de Castiglione en su totalidad, lo que sugiere que el cuadro fue recortado posteriormente en varios centímetros en la parte inferior (en una fecha posterior los investigadores determinaron que no había sido recortado). Castiglione está sentado sobre un fondo de tonos tierra y lleva un jubón oscuro con un ribete de piel de ardilla y cinta negra; en la cabeza lleva un turbante rematado por una boina con muescas. El atuendo indica que fue pintado durante el invierno, probablemente el de 1514-1515, cuando Castiglione se encontraba en Roma por nombramiento de Guidobaldo da Montefeltro para el Papa León X. Las zonas más claras son el rostro del sujeto visto casi de frente, un rizo de la parte delantera de la camisa blanca en su pecho, y sus manos cruzadas, que se recortan en su mayoría en el borde inferior del lienzo. Castiglione se muestra vulnerable, con una sensibilidad humana característica de los últimos retratos de Rafael. Los suaves contornos de su ropa y su barba redondeada expresan la sutileza de la personalidad del sujeto. En su Libro del cortesano, Castiglione aboga por el cultivo de los buenos modales y la vestimenta. Popularizó el término sprezzatura, que se traduce aproximadamente como «dominio indiferente», un ideal de gracia sin esfuerzo propio de un hombre de cultura. El concepto acabó llegando a la literatura inglesa, en las obras de Ben Jonson y William Shakespeare.

La elegancia de la ejecución del cuadro es coherente con la actitud del sujeto. El historiador de arte Lawrence Gowing observó que el manejo contraintuitivo del terciopelo gris (en realidad una piel) es contrario a un modelado académico de la forma, con las amplias superficies banqueadas en una rica oscuridad y la tela que brilla más cuando se aleja de la luz. Para Gowing, «el cuadro tiene la sutileza de la observación barroca, pero la quietud y el noble contorno de la pintura clásica en su máxima expresión». La composición y la calidad atmosférica del retrato sugieren un homenaje a la Mona Lisa, que Rafael habría visto en Roma. Sin embargo, el retrato de Castiglione trasciende las cuestiones de influencia; el historiador de arte James Beck escribió que «El retrato de Baldassare Castiglione se erige como una solución definitiva para el retrato masculino individual dentro del estilo renacentista….»

A pesar de los cambios en la valoración crítica de la obra de Rafael, el cuadro ha gozado de la admiración constante de otros artistas. Tiziano estuvo muy influenciado por este retrato, y es posible que lo viera por primera vez en la casa de Castiglione en Mantua. El Retrato de un hombre (¿Tommaso Mosti?) del maestro veneciano se considera generalmente como una fuerte deuda compositiva con el cuadro de Rafael, y también refleja los influyentes consejos de Castiglione sobre la sobria elegancia del atuendo recomendado para los cortesanos. En 1639, Rembrandt dibujó un boceto del cuadro mientras se subastaba en Ámsterdam, y posteriormente hizo referencia a la composición en varios autorretratos. Una copia del cuadro, actualmente en el Courtauld Institute of Art, fue pintada por Peter Paul Rubens. Tanto la versión de Rembrandt como la de Rubens hacen gala de la floritura barroca, muy diferente de la sobriedad del cuadro original. En el siglo XIX, Jean Auguste Dominique Ingres eligió para su Retrato de Monsieur Bertin un marco muy parecido al que adornaba el cuadro de Rafael, lo que quizá indica las ambiciones de Ingres, al tiempo que subraya las similitudes de coloración y el extraordinario ilusionismo de los cuadros. A principios del siglo XX, Henri Matisse copió el cuadro, y Paul Cézanne exclamó del retrato de Rafael: «Qué bien redondeada está la frente, con todos los planos diferenciados. Qué bien equilibradas están las manchas en la unidad del conjunto….»

Ahora en el Louvre, el cuadro fue adquirido por Luis XIV en 1661 a los herederos del cardenal Mazarino.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *