Hay muchos lugares hermosos donde una pareja puede querer celebrar su boda. Algunos de estos lugares pueden incluso tener un significado especial para esa pareja. Tal vez sea el lugar donde se conocieron, o tal vez sea el lugar donde soñaron con ir juntos como pareja casada. Sean cuales sean las razones por las que la pareja quiera celebrar su boda en un lugar que no sea una iglesia católica, es importante que la pareja conozca la postura de la Iglesia sobre la celebración de bodas en lugares que no son una iglesia católica.
La boda y el matrimonio
Para abordar adecuadamente esta cuestión, es necesario recordar que una ceremonia de boda tiene tantas implicaciones espirituales, teológicas y eclesiásticas que tienden a olvidarse cuando centramos nuestra atención en la belleza del espacio físico, como los arreglos florales o la decoración de la «boda.» En otras palabras, una pareja necesita mantener la atención en el Sacramento del Matrimonio, no sólo en los detalles físicos de la ceremonia nupcial.
Recordemos que una boda católica es el ritual a través del cual tiene lugar un Sacramento; el Sacramento del Matrimonio. Esta es la razón por la que la Iglesia exige que la ceremonia se celebre en un espacio adecuado; una parroquia católica. Cristo, que honró con su presencia las bodas de Caná, también está presente en la Eucaristía cuando la ceremonia nupcial tiene lugar dentro de la iglesia.
Boda fuera de la parroquia
El Código de Derecho Canónico dice: «Los matrimonios deben celebrarse en la parroquia en la que alguno de los contrayentes tenga su domicilio… Con permiso del propio ordinario o del propio párroco, los matrimonios pueden celebrarse en otro lugar.» (Canon 1115)
Parece que el Código de Derecho Canónico puede permitir que la boda se celebre «en otro lugar», con la autorización del obispo local, pero es casi imposible obtener dicha autorización. Los obispos son muy reacios a conceder la autorización para la celebración de bodas al aire libre por parte de una parroquia católica, porque les preocupa mantener el sentido de lo sagrado, que es precisamente lo que ocurre en una ceremonia de boda católica: es una ocasión sacramental sagrada.
Las razones por las que un obispo local puede conceder la autorización para que una boda católica se celebre en otro lugar incluyen razones políticas, culturales o incluso de seguridad. Un ejemplo puede ser cuando el edificio de la iglesia previsto para acoger la ceremonia nupcial ha sufrido daños estructurales, debido a terremotos u otros desastres naturales. Como hemos dicho anteriormente, estas circunstancias son muy poco habituales.
Una boda es un momento especial en la vida de la nueva familia que comienza. Os animamos a que concentréis toda vuestra atención y esfuerzo en hacer de ella un evento memorable que enfatice el carácter sagrado de la ocasión mediante el intercambio de las promesas que harán de ésta una alianza eterna.