Desde la supermodelo Cindy Crawford con su característica marca de belleza en la cara hasta un pequeño caniche con un lunar en la oreja, mucha gente y muchos perros tienen bultos y protuberancias en la piel. Si su perro tiene verrugas, lunares o marcas de belleza, ¿cómo sabe cuáles no son motivo de preocupación y cuáles requieren atención?
Su perro puede desarrollar protuberancias por infecciones o alergias que son benignas o inofensivas. Pero también puede desarrollar crecimientos permanentes y anormales de células cutáneas o tumores. De hecho, según los manuales Merck, los tumores que afectan a la piel o al tejido que se encuentra justo debajo de la piel son los más frecuentes en los perros. Por suerte, la mayoría de los tumores de la piel en los perros son benignos, pero aún así hay que estar atentos ya que la detección temprana de los malignos es siempre lo mejor cuando se trata de un tratamiento y una cura.
¿Cómo puedo detectar bultos y protuberancias anormales?
En primer lugar, lo evidente que sea la aparición de cualquier nuevo crecimiento en la piel de su perro dependerá bastante de su perro y de su pelaje. Si su perro empieza a lamerse o a rascarse en una nueva lesión, eso llamará su atención. Y si tiene un perro de pelo corto, un buen vistazo a todo el cuerpo (recuerde las orejas, los labios, las encías, las axilas, las ingles y los dedos de los pies) va a ser bastante fácil y debería formar parte de su rutina normal. Pero si tiene un perro peludo con pelo largo o grueso, un examen dermatológico exhaustivo va a ser mucho más difícil. En esos casos, examinar la piel cuando el pelo se separa mientras lo cepillas te ayudará a ver hasta la propia piel. También puedes palpar las protuberancias. Pasar lenta y meticulosamente sobre su perro con un ligero toque de las yemas de los dedos puede revelar crecimientos sorprendentemente pequeños.
¿Cómo sabrá si un bulto es benigno o maligno?
No lo sabrá. De nuevo, la mayoría de los bultos en la piel son benignos, pero todos deben ser revisados. Así que tendrá que consultar con su veterinario. También debe estar preparado para la visita. Se sorprendería de la frecuencia con la que ese molesto bulto no se puede localizar una vez que el perro está en la sala de examen de la clínica. Por eso es una buena idea hacer un «mapa» de su perro y marcar la ubicación de cada bulto. Anote su tamaño (no en términos vagos como «es del tamaño de una moneda», sino en pulgadas o milímetros reales) junto con su forma y su color. En la era digital, haz una foto si te apetece. Si todavía no está seguro de poder encontrar fácilmente el bulto, marque la zona con un rotulador mágico o recorte un poco de pelo en ese lugar… cualquier cosa que le ayude.
¿Cómo lo sabrá su veterinario?
En algunos casos, su veterinario puede decirle, con relativa certeza, que un bulto es benigno sólo con mirarlo. Sin embargo, en la mayoría de los casos, será necesario realizar algún tipo de prueba diagnóstica para obtener una respuesta definitiva. A veces se puede obtener suficiente información con un aspirado de algunos contenidos o células de un bulto. Otras veces será necesaria la extirpación quirúrgica (si el tumor es lo suficientemente pequeño y se encuentra en un lugar accesible) o una biopsia para la histopatología con el fin de saberlo con seguridad.
La clave es estar atento, estar mirando y abordar los bultos y protuberancias de su perro tan pronto como aparezcan. No esperes a ver qué pasa o si crece. Acuda a su veterinario.