El alargamiento del tendón de Aquiles (ATL) es un procedimiento quirúrgico cuyo objetivo es estirar el tendón de Aquiles para permitir a una persona caminar con los pies planos sin doblar la rodilla, o para aliviar el dolor crónico. Este procedimiento alarga el tendón de Aquiles contraído haciendo pequeños cortes en los tendones en la parte posterior del tobillo. A medida que las heridas se curan, los tendones se alargan.
Causas de la contractura del tendón de Aquiles
Hay varias afecciones que pueden causar la contractura del Aquiles. Estas condiciones causan problemas con la movilidad del tobillo e incluyen:
– Parálisis cerebral
– Tendinitis crónica
– Lesión de la médula espinal
– Accidente cerebrovascular
– Genética
– Defectos de nacimiento
– Deformidad del pie causada por la diabetes o el pie zambo
Los problemas del tendón de Aquiles pueden mostrar varios signos que no debes ignorar.
Síntomas de la contractura de Aquiles
Los síntomas de la contractura de Aquiles incluyen:
– Dolor extenso en el tendón de Aquiles
– El pie permanece en una posición doblada provocando un pie plano, lo que obliga a doblar las rodillas
– Posición anormal de los dedos del pie
– Malestar en la parte posterior de los pies
– Mala postura
– Espasticidad muscular, un trastorno del control muscular caracterizado por la rigidez de los músculos
¿Por qué someterse a una cirugía de ATL?
La cirugía de ATL se realiza para mejorar la bipedestación y la marcha, y a veces la capacidad de llevar zapatos. También puede utilizarse para corregir la espasticidad muscular.
¿Cómo se realiza la ATL?
Antes de la cirugía, se le anestesia y se coloca la parte posterior del tobillo de cara al cirujano.
Hay tres procedimientos principales utilizados en la cirugía de ATL. El primero es el método percutáneo. En este procedimiento, se realizan pequeñas incisiones en el tendón a través de la piel mediante heridas punzantes. Las zonas cortadas se separan alargando el tendón.
El segundo método se llama recesión del gastrocnemio. Este procedimiento se dirige únicamente al músculo gastrocnemio y ayuda a aflojar las fibras musculares unidas a la médula. Se utiliza sólo para casos leves.
El tercer método se conoce como plastia en Z, y es el más común. El cirujano realiza una incisión en forma de Z en el tendón, lo estira hasta una longitud determinada y luego vuelve a unir el tendón. Este procedimiento ofrece el mayor control sobre el aumento y la longitud del tendón.
Al final del proceso, la zona incisa se cierra con suturas o grapas quirúrgicas. A continuación, se cubre la zona con un vendaje para permitir su curación.
Cuidados postoperatorios
El médico puede ponerle en observación dependiendo de la intensidad de su estado inicial. La recuperación depende del número de incisiones necesarias, pero por término medio, se necesitan al menos seis semanas con un yeso para caminar. Durante este tiempo, se limita la actividad física agresiva y el movimiento para permitir la curación del tendón.
¿Necesita ayuda?
Si tiene dolor, póngase en contacto con un médico del IBJI para recibir atención ortopédica de calidad.