Melissa se ha sentido increíblemente sola desde que su marido se mudó el pasado diciembre.
Me llamó después de leer mi boletín hablando de un retiro que estaba organizando. Me dijo que estaba encantada de ver una oportunidad para conocer a otras mujeres en transición. Melissa estaba ahora en medio de su divorcio y se dio cuenta de que todavía se sentía muy sola.
Después de su separación, parecía que sus amigos se alejaban misteriosamente y le costaba conocer gente nueva. Esto es algo que escucho mucho entre la población divorciada. Incluso hoy, bien entrado el siglo XXI. Por mucho que nuestra cultura haya llegado a aceptar el divorcio como una realidad, el estigma social sigue vivo. Las parejas o los individuos casados no quieren necesariamente juntarse con gente soltera o divorciada.
Para Melissa, esto fue definitivamente una consecuencia inesperada de su ruptura y añadió una capa extra de dolor y pérdida a una situación ya dolorosa.
Siendo un tipo de persona que toma las riendas, Melissa intentó remediar la situación social. Se apuntó a un gimnasio, a un club de lectura e incluso consiguió un trabajo a tiempo parcial, pero ninguna de estas actividades produjo amistades duraderas. Todos estaban casados (y no querían salir con una mujer soltera), eran mucho más jóvenes que ella o estaban demasiado ocupados. Otro problema para Melissa es que anhelaba tener relaciones profundas y significativas en las que pudiera hablar sobre el dolor de la finalización de su matrimonio, así como sobre el reto de volver a empezar la vida a los 48 años. Sus amigos y su familia la apoyaron mucho durante un par de meses, pero desde marzo han dejado de devolverle las llamadas.
Este sentimiento de aislamiento y marginación fue lo que me impulsó a empezar a dirigir grupos en el año 2000 y a celebrar retiros más regulares. He descubierto que estas salidas no sólo son formas mágicas de ayudar a los participantes a encontrar una salida a la marginación, sino que pueden ser un poderoso trampolín hacia el siguiente capítulo de sus vidas.
Hay tres herramientas importantes que he aprendido a lo largo de los años y que pueden ayudar a cualquier persona a superar el divorcio y salir de ese aislamiento.
1. Haz el duelo hasta que se acabe la pena – El duelo apesta. Por eso la mayoría de la gente quiere acabar con la montaña rusa emocional mucho antes de que el proceso termine. Pero cuanto más luchas contra él, más lo prolongas. (Y, por cierto, entablar una nueva relación, en el mejor de los casos, pospone el duelo. Realmente no puedes escapar de él).
Acompáñate a tu dolor y en realidad pasará más rápido.
2. No te quedes atascado en el pasado más tiempo del que tu dolor necesita – Aunque debes sentir la tristeza y tal vez incluso la ira como parte de tu dolor, hay un punto en el que querrás mirar el camino por delante en lugar de seguir mirando por el espejo retrovisor. Tienes derecho a todos tus sentimientos, pero si ves todo a través de la lente del divorcio durante años después, no seguirás disfrutando de la vida.
LO BÁSICO
- Los desafíos del divorcio
- Busca un terapeuta para sanar de un divorcio
Hay vida -incluso una vida fabulosa- más allá del divorcio.
Sigue adelante.
3. Pide ayuda – Esta es una de las cosas más importantes que puedes
hacer para superar el dolor y la angustia.
Los que piden ayuda siempre caen de pie mientras que los que intentan hacerlo solos, acaban sufriendo mucho más y no les va tan bien. A lo largo de los años, he visto a mucha gente estupenda conectar con otra gente estupenda en mis grupos o talleres y llegar a formar estrechas amistades. Algunas incluso encuentran compañeros de cine o de viaje.
Conectar con otras personas que se encuentran en un lugar similar ha sacado a estas divorciadas de su aislamiento
y de la vida normal de nuevo. Pasar un fin de semana con otras mujeres que estaban deseando mantenerse positivas y tomar las riendas de su destino es el remedio perfecto para personas como Melissa.
Encuentra una nueva comunidad.
Esta última herramienta es especialmente importante.
Cuando cualquiera pasa por una transición difícil, sentimos que esa será nuestra realidad para siempre. Sin embargo, la gente se divorcia todos los días y muchos, si no la mayoría, salen bien del otro lado.
Lo bien que lo hagas depende en parte de tus circunstancias. Definitivamente hay algunos escenarios que son más difíciles que otros para reconciliarse, como que tu cónyuge te deje por otra persona (o peor, que tu cónyuge te deje por tu mejor amigo) frente a la separación de mutuo acuerdo.
Las lecturas esenciales del divorcio
Pero también depende de cómo te manejes tú y la situación. Usar estas tres herramientas te ayudará a llegar al otro lado del dolor más rápido y mejor.
En su charla TED, Brene Brown dice: «Para que la conexión ocurra, tenemos que permitirnos ser vistos». Esta conexión requiere vulnerabilidad en un momento en el que puedes sentirte más rechazado, más crudo y más necesitado de protección. Supera tus miedos (si puedes) y tiende la mano.
Hay más grupos hoy en día que nunca, pero, por desgracia, no todos proporcionan una conexión profunda entre los miembros. Los grupos sin cita previa o las clases informativas sobre el divorcio simplemente no ofrecen la misma intimidad que los grupos cerrados (aquellos en los que los miembros se comprometen y regresan en cada sesión) en los que la gente puede compartir de forma más vulnerable y honesta.
Es a través de este compartir profundo y vulnerable que puede ocurrir la curación. Quedarse en casa y tratar de ignorar la tristeza o la pena sólo la pospondrá. El dolor estará al acecho hasta que tus defensas estén bajas (a menudo cuando estás cansado o enfermo o estresado) y entonces, todas y cada una de las emociones no expresadas se apoderarán de ti.
La buena noticia es que, tratando de frente tus emociones, esto se puede prevenir. Sigue las herramientas de
1. Permitir que el dolor esté ahí
2. Seguir adelante cuando el dolor se haya expresado
3. Encontrar una nueva comunidad.
Aquellos que, como Melissa, salen de su dolor para superar este duro momento, miran hacia atrás y ven cómo hacer lo contrario de lo que se inclinaban a hacer (quedarse a salvo en casa frente al televisor) trajo la deseada curación. Está al alcance de cualquiera que lo desee.
Deseando la fuerza para empujar a través del dolor, así como la curación a través del miedo, la tristeza y la soledad.