Productividad 3 min read
Como dijo una vez Mark Twain «Si tu trabajo es comerte una rana, es mejor hacerlo a primera hora de la mañana. Y si tu trabajo es comerte dos ranas, es mejor que te comas la más grande primero»
La rana es esa cosa que tienes en tu lista de tareas pendientes que no tienes absolutamente ninguna motivación para hacer y que es más probable que procrastines. Comerse la rana significa simplemente hacerla, de lo contrario la rana te comerá a ti, lo que significa que terminarás procrastinándola todo el día.
Una vez que esa única tarea esté hecha, el resto del día será un paseo más fácil y obtendrás tanto impulso como una sensación de logro al comienzo de tu día.
¿Cómo detectar la rana?
Siempre hay algunas tareas que nos gustaría tachar de nuestra lista de tareas pendientes lo antes posible y que si las realizáramos nos ayudarían a sentirnos mejor, pero son tan poco motivadoras para hacerlas.
Solemos esperar hasta el final del día para abordarlas, a menudo nos damos cuenta de que no tenemos más tiempo para hacerlas hoy y las pasamos a la lista de tareas pendientes para el día siguiente. Esto genera presión y estrés.
De hecho, esas cosas acaban pesando en nuestra mente, haciéndose momento tras momento más y más pesadas, e impidiendo que logremos realmente algo durante el día.
Para tener una visión general de tus tareas y de forma similar a la técnica de la Caja de Eisenhower, puedes dividir tu lista de tareas en 4 categorías:
Cosas que no quieres hacer, pero que realmente necesitas hacer.
Cosas que quieres hacer y que realmente necesitas hacer.
Cosas que quieres hacer, pero que realmente no necesitas hacer.
Cosas que no quieres hacer, y que en realidad no necesitas hacer.
La rana son las Cosas que no quieres hacer, pero que en realidad necesitas hacer.
¿Qué pasa si tengo 2 ranas?
Si tienes más de una cosa importante que lograr en el día, simplemente aborda la más grande primero.
Afrontar la tarea más importante y más grande del día a primera hora de la mañana significa que la abordará con una mente más clara, probablemente una oficina tranquila y mientras su fuerza de voluntad está en su punto más fuerte. Este es el escenario óptimo para trabajar en cosas que no quieres hacer.
Recuerda que cuanto más esperes para comerte la rana, más cansado estarás y más fuerza de voluntad te exigirá.
Toma acción
Empezar y tomar acción es la clave. Simplemente coge tu rana y cómetela sin pensar demasiado en ello. Disciplínate en trabajar en tu tarea hasta completarla.
Muchas personas no son productivas simplemente porque confunden la actividad con la eficiencia, manteniéndose ocupadas todo el día pero sin realizar una sola tarea importante al final del mismo.
Construye un hábito
Para tener éxito con esta técnica y ser más eficaz con tu lista de tareas, es muy importante desarrollar el hábito de abordar tu tarea principal a primera hora de la mañana.
La satisfacción de haber conseguido algo, ya sea un trabajo grande o una tarea pequeña, hará que tu cerebro produzca endorfinas y dopamina -neurotransmisores que nuestro cerebro produce para impulsarnos a hacer cosas- ayudándote a mantenerte concentrado, productivo y motivado para conseguir más.
Planifica con antelación
Quita el estrés de elegir tu rana a primera hora de la mañana. Deja tus recursos para abordarlo en su lugar.
Sólo tienes que escribir lo que tienes que hacer en el día la noche anterior, priorizar y elegir tu rana. A la mañana siguiente simplemente tendrás que actuar en consecuencia.
Recuerda que si consigues comerte la rana a primera hora de la mañana todos los días, acabarás teniendo la mente más despejada y pasarás más tiempo haciendo cosas que realmente disfrutas más.
Para más trucos de productividad, echa un vistazo a The Ultimate Productivity List – 100 Hacks To Get Things Done.
Gracias por leer!
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