Ya sea por una lesión o por el simple desgaste, la integridad y la función de la piel pueden verse fácilmente comprometidas. Aunque esto afecta a miles de millones de personas en todo el mundo, se sabe poco sobre cómo prevenir la degeneración de la piel.
El Programa de la Piel del Instituto de Células Madre de Harvard (HSCI) se ha comprometido a entender por qué la piel a veces no se cura o forma cicatrices, así como por qué la piel se vuelve inevitablemente delgada, frágil y arrugada con la edad. El objetivo final del Programa de la Piel es identificar nuevas terapias para la regeneración y el rejuvenecimiento de la piel.
Cómo nos curamos
La cicatrización de las heridas es un problema importante para muchas personas mayores. Además, las úlceras cutáneas crónicas que no cicatrizan son una fuente importante de costes sanitarios y de morbilidad y mortalidad de los pacientes.
La piel humana se repara lentamente, a través de la formación de cicatrices contráctiles que pueden causar disfunción. En cambio, la salamandra axolotl puede regenerar fácilmente un miembro amputado, el ratón espinoso tiene una piel de pelo denso que se cura con notable rapidez, y la piel del embrión humano en crecimiento puede regenerarse tras un traumatismo sin necesidad de que se forme ninguna cicatriz. Al estudiar estos ejemplos, los científicos están encontrando pistas sobre cómo mejorar la curación de la piel mediante una respuesta más regenerativa.
Promover la regeneración de la piel
Durante la curación normal de las heridas, las cicatrices se forman a partir de células dérmicas que se alinean en paralelo. Pero cuando esta alineación se interrumpe con un andamio biodegradable que dirige las células para que crezcan en una orientación aleatoria, las células siguen el diverso programa de diferenciación necesario para la verdadera regeneración.
Los científicos del HSI también han identificado biomarcadores para las células clave implicadas en la regeneración de la piel y están desarrollando estrategias terapéuticas para su enriquecimiento y activación. Los ensayos clínicos en curso utilizan células madre de la piel para tratar úlceras crónicas que no cicatrizan, y los primeros resultados son prometedores.
Entre los enfoques adicionales se encuentra la bioimpresión en 3D, en la que las células madre de la piel se estratifican en una estructura compleja que imita la piel y que podría utilizarse para el trasplante.
Más allá de la curación de heridas
El envejecimiento de la piel puede considerarse una forma de herida, en la que las células madre ya no mantienen el grosor, la fuerza, la función y la densidad del pelo normales de la piel. Entender cómo aprovechar las células madre para la curación de heridas sin cicatrices también proporcionará conocimientos clave para regenerar la piel envejecida, un proceso denominado rejuvenecimiento. Los colaboradores multidisciplinares del Programa de la Piel del HSCI están investigando las bases biológicas de cómo envejece la piel con el paso del tiempo y cuando se expone a la radiación ultravioleta.
Además de envejecer, las células madre de la piel también pueden confundir regiones normales de la piel con heridas y luego intentar rellenarlas erróneamente. Los investigadores del HSCI están estudiando si esto puede ser una de las bases de la psoriasis, un trastorno común y devastador.
Estas áreas de investigación son sólo el principio. La biología de las células madre de la piel tiene el potencial de proporcionar información clave sobre los mecanismos de regeneración de otros órganos del cuerpo.