La historia del paciente proporciona la información más útil que el médico utiliza para determinar la causa del dolor abdominal. Las características del dolor (agudo, sordo, calambres, ardor, torsión, desgarro, penetrante), su localización y su relación con la alimentación o la defecación son pistas importantes. Otros factores útiles son el patrón de dolor, su duración, la irradiación (propagación) a otras zonas del cuerpo y su asociación con otros síntomas, como ictericia (piel amarilla), náuseas, vómitos, hemorragias, diarrea o estreñimiento.
Los resultados de la exploración física también son útiles. Los hallazgos clave incluyen áreas de sensibilidad, la presencia o ausencia de ruidos intestinales o distensión abdominal, masas, aumento de tamaño de los órganos y evidencia de sangre en las heces.
A partir de los antecedentes y la exploración física, el médico puede o no tener una idea clara sobre la causa del dolor. A veces se establece un diagnóstico y se puede iniciar el tratamiento. En otras circunstancias, las pruebas de diagnóstico se utilizan para confirmar o excluir un diagnóstico específico. Se pueden solicitar muchas pruebas con estos fines. Las pruebas más frecuentes son el análisis de muestras de sangre, orina y heces, las radiografías del abdomen y la endoscopia.
Análisis de sangre
Los análisis de sangre incluyen recuentos sanguíneos completos (análisis del número de glóbulos blancos que combaten las infecciones, de los glóbulos rojos que transportan el oxígeno y que se reducen en caso de anemia, y de las plaquetas que ayudan a la coagulación de la sangre), análisis químicos (análisis del hígado y los riñones, de los niveles de minerales en sangre y de las enzimas que se liberan cuando se lesionan órganos como el hígado o el páncreas) y pruebas serológicas que miden los niveles de anticuerpos frente a diversas infecciones. Las pruebas de orina incluyen el análisis de orina (medición de las características y sustancias químicas de la orina junto con la inspección microscópica de una gota de orina) y el cultivo de orina para detectar infecciones bacterianas. Las heces pueden analizarse en busca de sangre y pus (marcadores de inflamación, infecciones o tumores), grasa (evidencia de una mala digestión y absorción de los alimentos) y la presencia de gérmenes.
Pruebas de rayos X e imagen
Se utilizan muchos tipos diferentes de pruebas de rayos X e imagen para obtener imágenes del interior del cuerpo. Entre ellas se encuentran los estudios con bario, en los que se ingiere sulfato de bario (un material que aparece en las radiografías) (ingestión de bario, serie gastrointestinal superior, examen de seguimiento del intestino delgado) o se inyecta mediante un tubo en el intestino delgado (enteroclisis) o en el colon (enema de bario). La tomografía computarizada (TC) es una técnica muy sofisticada para reconstruir imágenes transversales de rayos X del cuerpo con la ayuda de un ordenador. La resonancia magnética es una técnica similar en la que se utilizan ondas de radio e imanes para obtener imágenes de los órganos internos. La ecografía utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para observar el cuerpo y visualizar las estructuras internas. Las exploraciones de medicina nuclear utilizan isótopos para identificar partes del cuerpo y examinar su función.
Endoscopia
La endoscopia implica el uso de instrumentos especiales para mirar dentro de los órganos huecos del tracto digestivo. La endoscopia gastrointestinal superior utiliza un tubo flexible con una cámara de televisión en su punta y un sistema de iluminación para examinar el esófago, el estómago y el duodeno (la parte del intestino situada justo después del estómago). A través del tubo se pueden pasar herramientas especiales para extraer pólipos o para obtener muestras de biopsia que se observan al microscopio. Los tubos más largos pueden llegar hasta el intestino delgado y se pueden introducir tubos similares a través del recto para ver el colon (colonoscopia). Se han diseñado endoscopios especiales para ver los conductos biliares y el conducto pancreático y para obtener ecografías desde el interior del intestino CPRE (colangiopancreatografía retrógrada endoscópica) y EUS (ecografía endoscópica), respectivamente). Otra prueba diagnóstica es la endoscopia por cápsula, en la que una cápsula que contiene una diminuta cámara, una estación de transmisión y una antena envía imágenes a un cinturón especial que se lleva alrededor del abdomen. Se pueden obtener imágenes de todo el intestino delgado a medida que el dispositivo es impulsado a través del intestino.
Aunque la tecnología que hay detrás de estas pruebas es impresionante, en la mayoría de los pacientes se puede determinar la causa del dolor abdominal mediante una historia clínica, una exploración física y unas cuantas pruebas sencillas. Cada paciente no requiere un panel completo de pruebas diagnósticas.