Síntomas similares a los de la parotitis asociados a COVID-19, Francia, marzo-abril de 2020 – Volumen 26, Número 9-Septiembre de 2020 – Revista de Enfermedades Infecciosas Emergentes – CDC

La propagación mundial de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) está asociada a la aparición de muchos cuadros clínicos de la enfermedad. Los pacientes pueden presentar síntomas de nariz y garganta, como pérdida de olfato y gusto (1). Muchos otorrinolaringólogos han observado un aumento del número de pacientes con parotitis aguda (inflamación de las glándulas salivales parótidas), que podría estar relacionada con el COVID-19 (2). Informamos de las características clínicas de 3 pacientes ambulatorios que acudieron al Hospital Foch (París, Francia) por síntomas similares a los de la parotitis en el contexto de la COVID-19.

Tres mujeres acudieron al Departamento de Otorrinolaringología-Cirugía de Cabeza y Cuello del Hospital Foch por dolor de oído unilateral y edema retromandibular. Las pacientes también refirieron síntomas generales y otorgantes, como anorexia, artralgia, mialgia, cefalea, fatiga, obstrucción nasal, rinorrea, goteo postnasal, dolor de garganta, dolor facial y pérdida de olfato y gusto (Tabla). El diagnóstico de COVID-19 se confirmó mediante pruebas de PCR de transcripción inversa en muestras de hisopos nasofaríngeos. Los pacientes no tenían antecedentes médicos destacables y todos estaban vacunados contra las paperas. Los síntomas parecidos a los de la parotitis se produjeron al inicio de la enfermedad en 2 pacientes y a lo largo del curso clínico de la enfermedad en el paciente restante. Se hizo un diagnóstico clínico de parotitis en los 3 casos. El otorrinolaringólogo no vio que drenara pus del conducto parotídeo.

Los pacientes fueron sometidos a una resonancia magnética (RM), que indicó una linfadenitis intraparotídea. En los tres casos, observamos múltiples ganglios linfáticos intraglandulares unilaterales o bilaterales en las capas profunda y superficial, en una glándula de tamaño relativamente normal. Conservamos la arquitectura de los ganglios linfáticos mediante un hilio graso preservado. No observamos infiltración grasa yuxtaglandular ni engrosamiento de la fascia. Tampoco observamos bandas lineales intraglandulares ni quistes en la RMN (Apéndice).

Los 3 pacientes recibieron 10-14 días de paracetamol (1 g 3-4×/d) para su COVID-19. La parotitis se resolvió en los días siguientes al diagnóstico. Los 3 pacientes tuvieron una pérdida de olfato persistente después de la resolución de sus síntomas generales y de la parotitis.

La aparición de una parotitis aguda relacionada con la COVID-19 se ha sugerido en un informe de casos reciente (2), corroborando las observaciones clínicas de los otorrinolaringólogos. Nuestros hallazgos apoyan la hipótesis de que los síntomas parecidos a los de la parotitis podrían ser atribuibles al agrandamiento de los ganglios linfáticos intraparotídeos, que es diferente de una parotitis primaria.

La infección por los virus de la rubéola, el herpes, la gripe y la inmunodeficiencia humana puede dar lugar a un tropismo salival (3,4), lo que provoca una parotitis difusa. Los hallazgos de la RMN informan principalmente de un agrandamiento difuso de la glándula sin evidencia de múltiples ganglios linfáticos intraglandulares; sin embargo, la literatura sigue siendo limitada porque el diagnóstico es clínico y la RMN no suele ser necesaria. La parotitis relacionada con las paperas suele darse en niños y puede ser bilateral (4). En un paciente con infección por VIH, las lesiones parotídeas aparecen como quistes linfoepiteliales parotídeos múltiples y bilaterales, que son más grandes que los ganglios linfáticos (5). Además, los quistes tienen señales T1 (hipo) y T2 (hiper) similares a las del líquido cefalorraquídeo (5). En nuestros pacientes, los resultados de la RMN no indicaron quistes.

Las características que describimos apoyan el diagnóstico de adenitis, que podría perjudicar el funcionamiento de la glándula. La adenitis y el aumento de tamaño relacionado con la parótida podrían bloquear el conducto principal de la glándula (conducto de Stenon), lo que provocaría la retención de saliva y la inflamación del tejido parotídeo. La falta de saliva podría estar asociada a una saliva pegajosa y a una alteración del gusto. La adenitis intraparotídea difiere de la parotitis primaria difusa, de la que se informó recientemente en un caso único de COVID-19 (2).

Las condiciones de salubridad y las dificultades para realizar exámenes adicionales de las glándulas salivales (por ejemplo, sialografía o resonancia magnética) complican la caracterización de la parotitis. Así, la principal limitación de nuestro informe es la falta de exámenes funcionales de la parótida durante el curso clínico de la enfermedad. La evaluación del funcionamiento de la secreción salival y la detección del virus coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) en la saliva podrían proporcionar más información sobre la transmisión del SARS-CoV-2 a través de la saliva.

Se necesitan estudios futuros para caracterizar las manifestaciones parotídeas en los pacientes con COVID-19. Aunque los resultados de este estudio apoyan la hipótesis de que la linfadenitis intraparotídea es un factor causal, la propagación directa del SRAS-CoV-2 en el tejido parotídeo podría ser teóricamente posible en relación con la presencia de la enzima convertidora de angiotensina 2 (el receptor del virus) en el tejido parotídeo y el riesgo potencial de excreción de viriones a través de la saliva (6).

En conclusión, la inflamación parotídea podría encontrarse en pacientes con COVID-19 y podría estar relacionada con la linfadenitis intraparotídea. Incluso en las personas vacunadas contra las paperas, es importante realizar pruebas para detectar los virus que causan una enfermedad similar a la parotiditis, incluyendo el virus de la rubéola, el virus de la gripe y el SARS-CoV-2. Estudios adicionales para caracterizar las manifestaciones de la parótida en pacientes con COVID-19 ayudarán a determinar el diagnóstico y el tratamiento.

El Dr. Lechien es otorrinolaringólogo-cirujano de cabeza y cuello en el Hospital Foch (París, Francia) y consultor en el Hospital Universitario de Bruselas (Saint-Pierre). He is vice-chairman of the clinical research committee of the World Otolaryngological Federation of Young Otolaryngologists.

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