La cuestión de si el cobre se utilizó realmente por primera vez en Egipto aún no está resuelta, y se pueden aportar muchos argumentos en contra de la teoría del origen egipcio y a favor de una en Siria o más al norte.26 Recientemente también se ha atribuido a Egipto el mérito de ser el inceptor de toda la «cultura megalítica (o heliolítica, como se dice ahora)» de la humanidad, desde Gran Bretaña hasta China y (literalmente) Perú o, en todo caso, México, pasando por las islas del Pacífico.27 La teoría es que los logros de los egipcios en la gran arquitectura de piedra en la época de los constructores de pirámides impresionaron tanto a sus contemporáneos que fueron imitados en las tierras circundantes, por los libios y los sirios, que su fama fue llevada por los fenicios más allá, y que los primeros comerciantes árabes e indios transmitieron la idea megalítica a la lejana India, y de ahí a la Polinesia, y así sucesivamente, de modo que tanto el teocalli de Teotihuacán como Stonehenge derivan en última instancia, a través de cromlechs y dólmenes innumerables, de la pirámide de piedra de Saqqara, construida por Imhotep, el arquitecto del rey Zoser, hacia el 3100 a. C.C. (posteriormente deificado como patrón de la ciencia y la arquitectura).