Los estudios demuestran que las grasas poliinsaturadas naturales ácido docosahexaenoico (DHA) y ácido araquidónico (ARA) que se encuentran en la leche humana son beneficiosas para el desarrollo cerebral, neuronal y ocular de los bebés. Sin embargo, las versiones sintéticas de estos compuestos que se fabrican con los nombres DHASCO y ARASCO, pero que se denominan comúnmente DHA y ARA en los preparados para lactantes, son una fuente de gran controversia.
Durante años, los fabricantes de preparados para lactantes han estado promocionando el DHA y el ARA sintéticos como ácidos grasos que benefician el desarrollo cerebral de los bebés, pero hay pocas pruebas que apoyen estas afirmaciones. Ya en 1996, algunos expertos expresaron su preocupación por su uso en los preparados para lactantes. En 2010, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) pidió que se prohibiera la adición de DHA y ARA a los preparados para lactantes vendidos con el sello «USDA organic». Sin pronunciarse sobre la seguridad de los aditivos o su idoneidad en las fórmulas estándar, el USDA consideró que los aceites sintéticos DHA y ARA no deberían estar permitidos en los alimentos ecológicos, sobre todo porque se extraen de algas y hongos fermentados mediante un proceso que utiliza el conocido producto químico neurotóxico, el hexano. En 2011, el Consejo Nacional de Normas Orgánicas votó para permitir que los ácidos grasos sintéticos se incluyan en los alimentos orgánicos, siempre y cuando el hexano no se utiliza en el proceso de fabricación (a pesar de que el proceso de extracción de las grasas utiliza sustancias modificadas genéticamente que no son orgánicos). Según el Instituto Cornucopia, un grupo de defensa del consumidor, se desconoce qué sustancia utiliza actualmente Martek para extraer el DHA y el ARA de sus algas y hongos. Cornucopia observa que «aunque Martek dijo a la junta que suspendería el uso del controvertido disolvente neurotóxico n-hexano… no revelaron qué otros disolventes sintéticos serían sustituidos».
Una revisión sistemática de la literatura científica actualizada por la Colaboración Cochrane en 2016 concluyó que no hay evidencia científica de beneficios para los bebés sanos a término, y cuando se agrupan las investigaciones disponibles, lo mismo ocurre con los bebés prematuros. Un estudio sugiere que las necesidades de DHA pueden variar ampliamente entre los bebés, lo que plantea dudas sobre la capacidad del fabricante para identificar los niveles adecuados. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. no exige que se realicen pruebas previas a la comercialización de las fórmulas infantiles y acepta las declaraciones de seguridad y eficacia de los fabricantes sin una revisión independiente, lo que dificulta aún más la evaluación de los riesgos y beneficios por parte de los padres.
Las madres que alimentan a sus hijos con fórmulas tendrán que tomar sus propias decisiones sobre si quieren darles fórmulas con DHA y ARA añadidos, sabiendo que puede haber algunos riesgos al ingerir los aceites sintéticos. El Instituto Cornucopia ha informado sobre bebés que experimentan síntomas como vómitos y diarrea que se resuelven con el cambio a una fórmula sin DHA y ARA, así como casos de deshidratación y convulsiones que requieren hospitalización. Sin embargo, las fórmulas sin DHA y ARA son cada vez más difíciles de encontrar. Mientras que un estudio sobre estos aditivos alimentarios realizado por el Center on Budget and Policy Priorities descubrió que normalmente no merece la pena el coste añadido, el Consumer Reports de diciembre de 2015 solo encontró una fórmula sin los aditivos disponible en el mercado estadounidense, y que se comercializaba para niños pequeños y no para bebés.
Si decide utilizar una fórmula con estos aditivos, puede ponerse en contacto con los fabricantes y averiguar los niveles específicos de DHA y ARA en sus productos, ya que algunos contienen más que otros. Si te pones en contacto con los fabricantes para preguntarles sobre el producto, te asegurarás de obtener la información más actualizada. Si tu bebé experimenta signos de malestar gastrointestinal con una fórmula que contenga DHA y ARA (los síntomas pueden incluir diarrea, gases malolientes, vómitos, calambres abdominales o deshidratación), habla con su pediatra sobre otras opciones, incluida la leche de donante. También puedes tomar medidas para relactar. Incluso si no puede amamantar completamente a su hijo, puede reducir la cantidad de fórmula -y por tanto de DHA y ARA- que consume.