Trastornos de ansiedad

Se cree que la química del cerebro, el estrés ambiental y otros factores desempeñan un papel en el desarrollo de la ansiedad crónica. Las personas con trastornos de ansiedad suelen tener antecedentes familiares de trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo o abuso de sustancias.

Dificultades como la pobreza, la separación temprana de uno de los padres, los conflictos familiares, los padres críticos y estrictos, los padres temerosos y ansiosos, y la falta de un sistema de apoyo sólido pueden conducir a la ansiedad crónica.

Algunos estudios demuestran que los acontecimientos traumáticos y estresantes -como los malos tratos, la muerte de un ser querido, el divorcio o la pérdida del trabajo- pueden provocar un trastorno de ansiedad en personas vulnerables.

El abuso del alcohol y la adicción a las drogas también pueden provocar o empeorar la ansiedad.

Los principales síntomas de los trastornos de ansiedad son el miedo y la preocupación. Las personas con un trastorno de ansiedad suelen darse cuenta de que su ansiedad es más intensa de lo que la situación justifica, pero no pueden deshacerse de estas preocupaciones irracionales. Los trastornos de ansiedad también se caracterizan por síntomas emocionales y físicos adicionales.

Los siguientes son los tipos más comunes de trastornos de ansiedad y sus síntomas.Sin embargo, cada individuo puede experimentar los síntomas de forma diferente.

Por favor, tenga en cuenta: debido a que los síntomas del trastorno de ansiedad pueden parecerse a los de otras condiciones físicas o psiquiátricas, debe consultar a su médico para obtener un diagnóstico.

Trastorno de ansiedad generalizado (TAG)

El trastorno de ansiedad generalizado (TAG) es uno de los trastornos de ansiedad más comunes. Las personas con TAG tienden a preocuparse constantemente y a anticipar continuamente el desastre. Se preocupan por sus finanzas, su salud, su trabajo, los acontecimientos mundiales y el futuro. Su preocupación suele ser desproporcionada con respecto a la realidad. El trastorno de ansiedad generalizada comienza gradualmente, normalmente en la infancia o la adolescencia, pero también puede empezar en la edad adulta. La depresión en la adolescencia puede ser un fuerte predictor del TAG en la edad adulta. La depresión suele acompañar a este trastorno de ansiedad. Es más frecuente en las mujeres y suele darse en los familiares de los afectados. Aunque el TAG puede ir acompañado de depresión, abuso de sustancias u otro trastorno de ansiedad, el deterioro suele ser leve. Por lo general, las personas con este trastorno no se sienten demasiado limitadas para estar en entornos sociales o en un trabajo. El TAG afecta a cerca del 5 por ciento de los estadounidenses a lo largo de su vida, y aproximadamente 6,8 millones de adultos estadounidenses lo padecen.

Los síntomas del TAG incluyen: Preocupación, tensión e irritabilidad crónicas y exageradas que parecen no tener causa o son más intensas de lo que la situación requiere. Los signos físicos, como la inquietud, la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, los dolores de cabeza, los temblores, las sacudidas, la tensión muscular o la sudoración suelen acompañar a estos síntomas psicológicos.

Ataques de pánico y trastornos de pánico

El trastorno de pánico se caracteriza por ataques de pánico repetidos e inesperados, es decir, episodios de miedo repentino y sensación de peligro o fatalidad inminente, junto con síntomas físicos. La enfermedad puede ir acompañada de depresión u otras afecciones graves, ya que los efectos en la vida de las personas no se limitan al propio ataque. Algunas personas evitan actividades cotidianas, como conducir o ir de compras, por miedo a sufrir un ataque de pánico en un entorno potencialmente peligroso. Otras evitan cualquier otro entorno en el que hayan tenido un ataque de este tipo en el pasado.

Los síntomas de los trastornos de pánico incluyen: Ataques de pánico repetidos e inesperados: episodios de miedo repentino y sensación de peligro o fatalidad inminente, junto con síntomas físicos como palpitaciones, dolor en el pecho, aturdimiento o mareos, náuseas, falta de aliento, sensación de peligro inminente, temblores o sacudidas, asfixia, miedo a morir, sudoración, sensación de irrealidad, entumecimiento u hormigueo, sofocos o escalofríos y sensación de estar volviéndose loco. Los ataques de pánico se producen sin previo aviso y suelen durar entre 15 y 30 minutos. Dado que muchos de los síntomas del trastorno de pánico se asemejan a los que se encuentran en enfermedades como las cardiopatías, los problemas de tiroides y los trastornos respiratorios, las personas con trastorno de pánico suelen realizar múltiples visitas a las salas de urgencias o a las consultas médicas, convencidas de que tienen una enfermedad que pone en peligro su vida.

Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)

Las personas con TOC están plagadas de pensamientos persistentes y recurrentes que reflejan una ansiedad o unos miedos exagerados. Las obsesiones típicas incluyen la preocupación por estar contaminado con gérmenes o el miedo a comportarse de forma inadecuada o actuar con violencia. Las obsesiones pueden llevar a un individuo a realizar un ritual o rutina como lavarse las manos, repetir frases o acaparar.

Los síntomas del TOC incluyen: Pensamientos obsesivos y comportamiento ritualista. Las obsesiones comunes incluyen la preocupación constante e irracional por la suciedad, los gérmenes o la contaminación; la sensación persistente de que algo malo sucederá si ciertos objetos no están en un lugar, posición u orden exactos; el miedo a que los pensamientos o imágenes negativas o blasfemas de uno causen daño personal o a un ser querido; la preocupación por perder o tirar objetos de poco o ningún valor; y los pensamientos obsesivos de herir accidentalmente o a propósito a otra persona.

Las compulsiones comunes incluyen lavarse repetidamente las manos, bañarse o limpiar los objetos del hogar, a menudo durante horas; comprobar y volver a comprobar, de varias a cientos de veces al día, que las puertas están cerradas, la estufa está apagada, el secador de pelo desenchufado, etc.La incapacidad para dejar de repetir un nombre, una frase o una melodía; un enfoque excesivo, metódico y minuciosamente lento de las actividades cotidianas; y la acumulación de objetos inútiles, como periódicos o revistas viejas, tapones de botellas o gomas elásticas.

Las obsesiones y los rituales pueden interferir sustancialmente con la rutina normal de una persona, sus tareas escolares, su trabajo, su familia o sus actividades sociales. Se pueden pasar muchas horas de cada día concentrándose en pensamientos obsesivos y realizando rituales, de modo que la concentración normal y la realización de las funciones diarias se vuelven muy difíciles.

Los niños también pueden sufrir el TOC, pero a diferencia de los adultos, los niños con TOC no se dan cuenta de que sus obsesiones y compulsiones son excesivas y rituales.

Trastorno de ansiedad social o fobia social

El trastorno de ansiedad social (TAS) se caracteriza por una ansiedad extrema ante la posibilidad de ser juzgado por los demás o de comportarse de forma que pueda causar vergüenza o ridículo. Esta intensa ansiedad puede llevar a evitar situaciones sociales. La ansiedad de actuación (más conocida como miedo escénico) es el tipo más común de fobia social. Actualmente se estima que la fobia social es el tercer trastorno psiquiátrico más frecuente en Estados Unidos.

Síntomas del trastorno de ansiedad social: Miedo extremo a ser juzgado por los demás o a comportarse de una manera que pueda causar vergüenza o ridículo. Los síntomas específicos del TAS incluyen rubor, sudoración, temblores, náuseas, taquicardia, mareos y dolores de cabeza. Algunas personas pueden tener un miedo intenso a una sola circunstancia social o de actuación, como dar un discurso, hablar con un vendedor o hacer una llamada telefónica, pero se sienten perfectamente cómodas en otros entornos sociales. Otros pueden tener una forma más generalizada de TAE, que va desde comportamientos como la ansiedad en una variedad de rutinas, hasta comportamientos de aferramiento y rabietas. Esta ansiedad intensa puede llevar a evitar situaciones sociales.

Fobías

Una fobia es un miedo irreal o exagerado a un objeto, actividad o situación específica que en realidad presenta poco o ningún peligro. Las fobias más comunes son el miedo a los animales, como las serpientes y las arañas, el miedo a volar y el miedo a las alturas. En el caso de una fobia grave, se puede llegar a extremos para evitar la cosa temida.

Síntomas de la fobia: Las fobias específicas se caracterizan por reacciones de miedo fuertes, irracionales e involuntarias a un objeto, lugar o situación particular. Las reacciones a estos miedos llevan al individuo a temer enfrentarse a situaciones comunes y cotidianas, o a evitarlas por completo, aunque lógicamente sepa que no hay ninguna amenaza de peligro. El miedo no tiene ningún sentido, pero nada parece poder detenerlo. Cuando se enfrenta a la situación temida, alguien con una fobia puede incluso tener un ataque de pánico.

Trastorno de estrés postraumático (TEPT)

El TEPT puede seguir a una exposición a un acontecimiento traumático como una agresión sexual o física, ser testigo de una muerte, la muerte inesperada de un ser querido o un desastre natural. Los investigadores saben ahora que cualquier persona, incluso los niños, puede desarrollar un TEPT si ha experimentado, presenciado o participado en un suceso traumático, especialmente si el suceso puso en peligro su vida.

Síntomas del TEPT: Las personas con TEPT suelen evitar las situaciones que les recuerdan el suceso traumático, porque les provocan una intensa angustia o incluso ataques de pánico. El TEPT se caracteriza por tres tipos principales de síntomas, entre los que se incluyen: la reexperimentación del trauma a través de recuerdos angustiosos intrusivos del acontecimiento, flashbacks y pesadillas; el entumecimiento emocional y la evitación de lugares, personas y actividades que recuerdan el trauma; y el aumento de la excitación, que incluye dificultad para dormir y concentrarse, sensación de nerviosismo y facilidad para irritarse y enfadarse.

Recordatorio: Debido a que los síntomas del trastorno de ansiedad pueden parecerse a los de otras condiciones físicas o psiquiátricas, debe consultar a su médico para obtener un diagnóstico.

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