¿Tu mente ha entrado alguna vez en una espiral descendente de pensamientos autodestructivos? Ya sabes, esos pensamientos molestos que son como un perro con un hueso que simplemente no te deja ir? Exigen el protagonismo y te dicen que, sea cual sea la situación, el resultado está destinado al fracaso. No te equivoques: los pensamientos autodestructivos pueden ser fuertes y poderosos y pueden causar un gran daño a tu bienestar emocional y físico.
Afortunadamente, existe una pequeña herramienta secreta que puedes utilizar para cambiar literalmente tu forma de pensar y se llama reencuadre. En pocas palabras, reencuadrar es cambiar la forma en que ves algo y luego expresarlo de manera diferente. Es realmente un cambio de paradigma psicológico que sustituye tu antigua forma de pensar por una mentalidad nueva y mejorada. Reencuadrar no sólo cambia la forma en que ves, piensas y respondes a las situaciones, sino que también puede evitar que tus pensamientos se deslicen por una pendiente resbaladiza de perdición inminente.
Suena fácil, ¿verdad? Bueno, en teoría lo es, pero hacerlo realmente puede ser bastante complicado. La lógica a menudo no encaja con las emociones y las emociones frecuentemente superan a la lógica. Esto ocurre más a menudo de lo que nos gustaría admitir. Intentar que la lógica y las emociones estén sincronizadas puede ser un verdadero reto, pero no es imposible. Sólo hay que empezar por cambiar de perspectiva. Sólo tienes que ponerte esas gafas de color de rosa.
¿Estás cansado de ver el vaso medio vacío en lugar de medio lleno? Piensas con frecuencia que la hierba es más verde al otro lado de la valla? Si es así, tal vez te vendría bien un poco de reencuadre del pensamiento. A continuación te ofrecemos cinco estrategias para ayudarte a empezar.
5 pasos para reformular tus pensamientos
1. Súbete a la ola. Los pensamientos son sólo un montón de conceptos producidos por tu cerebro. No tienen emoción ni significado inherente. Tú eres el autor de ellos y les asignas un significado por la forma en que los interpretas y respondes a ellos. Al igual que las olas en un océano, algunos pensamientos son fuertes y otros son débiles. Enséñate a reconocer que tus pensamientos están separados de lo que eres y permite que vayan y vengan libremente. No intentes aferrarte a los pensamientos inútiles y no luches contra ellos; te hundirán. Así que la próxima vez que un pensamiento colosal venga hacia ti, no dejes que te arrastre al mar. Más bien, elige «montar la ola». No sólo la vista será mejor, sino que puede ayudarte a ver el panorama general.
2. Observa la situación desde un enfoque que mira desde fuera. Retírese de la situación mirando la circunstancia desde fuera. Esto te permitirá observar lo que está sucediendo desde diferentes ángulos. Incluso puedes preguntarte: «¿Qué pensaría yo si otra persona estuviera en una situación similar? ¿Qué consejo le daría?». A veces, mirar desde fuera hacia dentro puede ayudarte a poner cierta distancia entre la circunstancia y tus emociones, todo ello mientras te ayuda a buscar la mejor solución posible.
3. Ponte el sombrero de detective. Pregúntate: «¿Cuáles son los hechos de la situación y cuáles son mis sentimientos? Coinciden o mis pensamientos están magnificando la situación?». Las emociones pueden robar fácilmente el protagonismo a la realidad. También pueden hacer una montaña de un grano de arena. Si te mantienes atento a las pruebas de apoyo, podrás descifrar tu caso y pasar al siguiente misterio de la vida.
4. Aguanta el tirón. Cuando tu diálogo interno está gritando negatividad pesimista, entonces es el momento de mediar la situación. En lugar de subirse al carro y seguir todo lo que le dice su voz interior, tome las riendas y sujete los caballos. A menudo las emociones se desbocan y, cuando lo hacen, puedes acabar comportándote de forma imprudente y tomando decisiones impulsivas. Es mejor ir más despacio y considerar todas las opciones antes de actuar precipitadamente o llegar a una conclusión errónea.
5. Tamizar la suciedad para encontrar el oro. Desafíate a mirar más allá de la pesadilla para ver la luz al final del túnel. Al igual que un minero de oro, es posible que tenga que tamizar a través de una gran cantidad de suciedad para llegar a esa pequeña pepita de oro que no tiene precio. No dejes que los pensamientos inútiles te hagan perder una oportunidad de oro.
La próxima vez que empieces a sentirte ansioso, deprimido o abrumado, intenta replantear la situación y mirarla desde un ángulo ligeramente diferente. Si lo hace, es probable que acabe en un lugar psicológico mejor. Reencuadrar la situación es una habilidad que realmente puede cambiar tu forma de pensar.